PADRE
Ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes y no decir
mentiras para ganarme el aplauso de los débiles.Si me das fortuna, no me quites
la razón.
Si me das éxitos no me quites la humildad.
Si me das humildad no me quites la dignidad.
Ayúdame siempre a ver la otra cara de la moneda, no me dejes
inculpar de traición a los demás por no pensar igual que yo.
Enséñame a querer a la gente como a mi mismo y a no juzgarme
como a los demás. No me dejes caer en el orgullo si triunfo, ni en la
desesperación si fracaso.
Más bien, recuérdame que el fracaso es la experiencia que
precede el triunfo.
Enséñame que perdonar es un signo de grandeza y la venganza es
señal de bajeza.
Si me quitas el éxito, déjame fuerzas para aprender del fracaso.
Si yo ofendiera a la gente, dame valor para disculparme, y si la
gente me ofende, dame valor para perdonar.
¡Padre... si yo me olvido de ti, nunca te olvides de mí!
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