jueves, 6 de febrero de 2025
Beneficios de la aromaterapia Cuando olemos algo, las moléculas aromáticas que inhalamos producen un impulso nervioso que va al sistema límbico del cerebro y el hipotálamo. Es ahí donde residen nuestros instintos básicos, imprescindibles para la supervivencia (hambre, memoria involuntaria, atención...), pero también las emociones. Eso explica que un olor concreto pueda tener efecto sobre ellas. Tal es el fin de la aromaterapia: utilizar aceites esenciales extraídos de las plantas para mejorar nuestro bienestar tanto físico como mental. En 1928 el químico francés René-Maurice Gattefosé utilizó por primera vez el término aromaterapia. A consecuencia de un problema en su laboratorio, se dio cuenta de las propiedades del aceite esencial de lavanda y decidió investigar las cualidades de otros aceites. Pero en realidad a lo largo de la historia muchas culturas ya emplearon hierbas y sus extractos con fines curativos. Los aromas más empleados para mejorar la sensación de bienestar son los de cítricos (bergamota, naranja, mandarina), manzanillas, flores (azahar) y maderas y resinas (sándalo hindú, incienso, mirra).
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