martes, 31 de octubre de 2023
NUEVO DÍA
En
una junta de animales, bailó tan bonito el mono, que ganándose la simpatía de
los espectadores, fue elegido rey.
Celosa
la zorra por no haber sido ella la elegida, vio un trozo de comida en un cepo y
llevó allí al mono, diciéndole que había encontrado un tesoro digno de reyes,
pero que en lugar de tomarlo para llevárselo a él, lo había guardado para que
fuera él personalmente quien lo cogiera, ya que era una prerrogativa real.
El
mono se acercó sin más reflexión, y quedó prensado en el cepo.
Entonces
la zorra, a quien el mono acusaba de tenderle aquella trampa, repuso:
-"¡Eres
muy tonto, mono, y todavía pretendes reinar entre todos los animales!".
No te lances a una empresa, si antes no has reflexionado sobre
sus posibles éxitos o peligros.
La
fábula de hoy nos recuerda que todos necesitamos enfrentar la realidad de
nuestras limitaciones... y todos las tenemos, aunque pareciera que algunos
tuvieran muy pocas. Lo cierto es que Dios nos ha concedido dones particulares
que necesitamos utilizar al máximo para poder cumplir con Sus propósitos en
nuestra vida y de esa manera vivir vidas plenas de satisfacción.
Sin
embargo, la tragedia de muchos es no saber discernir la razón por la cual Dios
nos dio esos dones y embarcarnos en otro tipo de travesía y aventura que mal
utiliza tales dones.
La
buena noticia es que, cuando nos falta sabiduría, la Biblia nos anima a
buscarla en Dios, quien nunca nos cierra la puerta ni ignora nuestra petición.
Adelante
y que el Señor les bendiga.
Raúl
Irigoyen
Pensamiento del Capellán
lunes, 30 de octubre de 2023
NUEVO DÍA
En una expedición de caza, una familia se detuvo para almorzar.
Los niños jugaban a la sombra de un árbol, distantes de sus padres
y del resto de los adultos del grupo. De repente, el padre de uno de ellos,
pegó un salto y gritó a su hijo: “Échate al piso” y éste lo hizo
inmediatamente.
Los otros en el grupo se impactaron al saber que una serpiente
venenosa se arrastraba por el árbol lista para atacar al niño. Si lo hubiese
mordido, habría muerto. Sólo el padre del infante vio la serpiente.
Causó
asombro la respuesta instantánea del chico ante la orden del padre. Este último
explicó el amor permanente que disfrutaban y que cada vez era mayor, tomando
como punto de partida la verdad que había en cada uno.
El muchacho no vaciló ante la orden de su padre confió en él y
respondió en consecuencia a ello. El padre también esperaba que ese fuera el
proceder de su hijo.
El reposo que ambos disfrutaron más tarde ese mismo día, fue
evidencia del descanso perdurable que Dios tiene para cada uno de sus hijos a
medida que aprendemos a confiar en Él.
Dios quiere permanecer en nosotros, y anhela que permanezcamos en
Él. Esta permanencia se hace más fácil para unos que para otros.
No siempre es posible saber lo qué Dios ha planeado para nuestras
vidas, pero podemos asegurar que cualquier cosa que sea, Él está listo para
sostenernos en esa situación y capacitarnos con lo necesario para soportar,
mientras ahí Él nos quiera.
La permanencia comienza con la confianza y concluye con absoluto
descanso.