Antes de escribir, pensemos.
Antes de gastar, ganemos.
Antes de invertir, investiguemos.
Antes de criticar, esperemos.
Antes de orar, perdonemos.
Antes de rendirnos, intentémoslo.
Antes de jubilarnos, ahorremos.
Antes de morir, demos.
William Arthur Ward
El breve poema que hoy les enviamos tiene todo el potencial para ponernos a meditar no sólo en la naturaleza de nuestras acciones, sino también en la motivación detrás de cada una de ellas. Recuerdo haber leído en algún lugar la comparación de varios documentos famosos de la historia; se contrastaban el Sermón del Monte, el Discurso de Gettysburg de Abraham Lincoln, y otros.
Lo que se resaltaba era que, cuando Dios habla, no hacen falta muchas palabras... y cuando no lo hace, por más palabras que utilicemos, ¡será por el gusto! Que el pensamiento de hoy, tan breve como es, nos lleve a hacer ajustes a nuestra manera de vivir. Que Dios les bendiga. Raúl Irigoyen.
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