EL SALÓN
CULTURAL SAN MIGUEL EXPERIMENTA MEJORAS PARA SU CONSERVACIÓN
Los
operarios retiran del tejado miles de kilos de excrementos de palomas
El Ayuntamiento de Arcos está
ejecutando trabajos de limpieza y reparación de la cubierta del Salón Cultural
San Miguel, que tantas exposiciones e iniciativas artísticas ha albergado en
las últimas décadas, encontrándose actualmente cerrado. Hasta allí se ha
desplazado hoy el Alcalde, Isidoro
Gambín, acompañado de los delegados de Infraestructuras y Cultura, Diego Carrera y María Macías
respectivamente, con el objeto de comprobar la evolución de las tareas. La
empresa que las acomete es de la localidad: TodoCom Construcción 2000 S.L. Ha
sido la adjudicataria del contrato por un valor de 12.000
euros más IVA, con un plazo previsto para su finalización de un mes.
Según ha explicado Gambín,
“esta limpieza es totalmente necesaria para impedir las filtraciones de agua.
La gran acumulación de excrementos de palomas puede producir incluso defectos
en la estructura del edificio en su parte alta”. “El patrimonio cultural es una
prioridad para nosotros”, añadía, considerando San Miguel como “clave” por ser
un centro muy visitado al estar en plena calle Corredera. “El próximo objetivo
es el proyecto para la rehabilitación de todo el edificio”, anunciaba.
Por su parte, Diego Carrera
incluía estos trabajos en el programa de mantenimiento y recuperación de
espacios públicos que está llevando a cabo su área: dependencias como centros
de mayores, colegios, Policía Local… Su compañera de gobierno, María Macías,
recordaba que la demanda de esta actuación surge desde la Delegación de Cultura
al observar el grave deterioro de los tejados y sus efectos en el interior del
edificio. Como dato, señalaba que “se han sacado ya 500 sacos de excrementos de
palomas, aunque serán en total unos 2.000”. El siguiente paso es la redacción
del proyecto de restauración del salón cultural San Miguel, aunque reconocía
que habrá que pedir ayuda económica para llevarlo a cabo ante el
presumiblemente alto presupuesto del mismo.
Macías hacía hincapié en el
“gran valor” de la construcción, “no solo por su antigüedad, sino por los
frescos del pintor Alfonso Guerra Calle” (fallecido el año pasado), que se
encuentran en su bóveda. Su departamento está estudiando la mejor forma para
conservarlos, si finalmente una restauración integral del salón tardara más de
lo deseable.
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