El
miembro del equipo del doctor Valentín Fuster, líder mundial de la
investigación en este terreno, reconoce que la vorágine investigadora no ha
resuelto que los pacientes se tomen la medicación y para ello propone reunir
tres pastillas en una sóla
8 de noviembre
de 2014.-
El Congreso de la Sociedad Andaluza de Hipertensión Arterial y Riesgo Vascular SAHTA
ha contado en su última mesa, ‘Estrategia de promoción de la salud
cardiovascular’, con la participación, tras el doctor Vargas-Machuca, del doctor
José María Castellano, miembro del Centro Nacional de Enfermedades Cardiovasculares
y afiliado al doctor Valentín Fuster, lider mundial de la investigación
cardiovascular, en el Hospital Universitario Monte Sinai de Nueva York.
El
tema presentado, la mejora de la adherencia terapéutica del paciente, es el de
mayor actualidad en los congresos médicos internacionales y aborda la paradoja
que se está produciendo en el mundo cardiovascular por la que los avances en la
investigación científica no están evitando “el fracaso más absoluto” a la hora
de conseguir que los pacientes cambien sus estilos de vida o simplemente se
tomen adecuadamente la medicación aquellos que ya han sufrido un evento
cardiovascular.
“A
los seis meses de un infarto agudo de miocardio la mitad de los pacientes
abandona el tratamiento, y esto sucede en todo el mundo”, lamenta Castellano
quien considera que la polipíldora por él presentada es “una reacción a la
realidad que surge de la mano de líderes en esta materia como Valentín Fuster
que hace ya diez años propuso que una de las medidas a tomar para evitar esto
era simplificar el tratamiento”. “Es absurdamente simple, basta con unificar
tres compromidos en uno sólo”, explica.
Estudios
clínicos aleatorizados han demostrado que, de este modo, se aumenta muchísimo
la probabilidad de ser adherente al tratamiento. Otros estudios de cuyos
resultados se está aún pendientes son los que pudieran demostrar que mejorando
el cumplimiento del paciente con la medicación se mejorará también el impacto
en la salud. “El objetivo es proponer medidas simples, que lleguen al conjunto
de la población para ayudar a los pacientes a que tomen los fármacos que
necesitan”, añade.
El
doctor Castellano estima que “hay una desconexión, los médicos estamos siempre
innovando y queriendo buscar el mejor fármaco que haya demostrado su eficacia
y, en esta vorágine, nos hemos olvidado de hablar con el paciente, simplemente
preguntarle si se está tomando la medicación”. Baraja la idea de un sistema que
no ayuda y, por tanto, no se echa toda la culpa a los pacientes que, en todo
caso, sufren factores de riesgo asintomáticos siendo además enfermos crónicos.
“Las
enfermedades cardiovasculares son ya la primera causa de muerte en el mundo y
la polipíldora es una buena estrategia en países con un buen sistema de salud
como es el nuestro y en el que se puede mejorar la adherencia”, ha indicado
añadiendo que además se espera una buena relación coste-eficacia.
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