“UN MUNDO NUEVO, PROYECTO COMÚN”
Manos Unidas lanza este año su campaña LV bajo el lema “Un mundo nuevo, proyecto común”, donde
nos recuerda e interpela de aquellos objetivos que las grandes potencias se
propusieron para paliar el hambre en el mundo y establecer unas líneas más
justas y equitativas. Con este lema recordamos el octavo objetivo del Milenio
(ODM) propuesto por las Naciones Unidas. Una vez más alzamos nuestra voz para
defender los derechos de muchas personas que luchan contra el hambre y la pobreza,
sobre todo en países sumidos en la miseria
y la opresión. Países en los que se deben mejorar sistemas de gobierno,
donde los derechos humanos son vulnerados y donde las riquezas propias están en
manos de grandes potencias. Como decía el presidente de Benín: “producimos lo que no comemos y comemos lo
que no producimos”.
A
pesar de algunos avances, sobre todo en educación primaria, salud y promoción
de la mujer, la comunidad internacional ha asumido que los ODM no se han
alcanzado en su totalidad. Se pone de manifiesto que las injusticias y
desigualdades, no han desaparecidos, los datos que se nos ofrecen marcan una
realidad que hemos creado. Esto exige por nuestra parte una denuncia contra
este modelo de desarrollo basado en un sistema económico, donde lo central es
el beneficio, y el acaparamiento está por encima del bien de las personas.
Estamos
en un mundo donde ya hay más de dos mil millones de personas que carecen de lo
necesario para vivir y más de mil millones que padecen hambre crónica, un mundo
donde el grito y el gemido de los pobres, nos interpela de una manera
continuada. La
Doctrina Social de la Iglesia nos recuerda de una manera directa, “hay que humanizar la economía, de
globalizar el derecho de las personas y combatir las estructuras de pecado que
humillan y vejan a millones de seres humanos en el planeta” “tenemos derecho
que a que se reconozcan a todos los pueblos como parte de una sola familia, y que
se colabore con ellos en una verdadera comunión”. Esto nos viene a decir
las grandes exigencias que debemos tener hacia personas que han de recibir los
mismos derechos que los nuestros.
El
Papa Francisco en su última exhortación apostólica recuerda al mundo actual el
gran riesgo que corre cuando sólo busca el placer y el consumismo: “Cuando la vida interior se clausura en los
propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres,
ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya
no palpita el entusiasmo por hacer el bien” (E.G. 1,2).
Un
año más queremos desde esta Delegación de Manos Unidas lanzar a toda la opinión
pública un mensaje de esperanza y colaboración, que nuestros principios éticos
no se sumerjan en el olvido, y a su vez también pensar que pese a la crisis que
estamos padeciendo, hay muchas personas en otros países empobrecidos, que nos
están extendiendo sus manos para recibir un trozo de pan que posiblemente aquí a
veces tiramos a la basura.
Domingo Gutiérrez Rodríguez
Presidente-Delegado de Manos Unidas
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