La palabra primo con el significado de hombre simplón y poco cauto fue recogida por el Diccionario de la Real Academia en 1852. El origen de esta popular expresión hay que buscarlo en las cartas que durante los sucesos del Dos de mayo de 1808 envío el mariscal francés Joaquín Murat al simplón infante don Antonio y a la llamada Junta de gobierno de España, según advierte Joaquín de Entrambasaguas en su libro Estudios dedicados a Don Ramón Menéndez Pidal (1952). Murat, al dirigirse al infante y a la junta, empleaba la fórmula protocolaria de "Señor primo, señores miembros de la Junta" y seguidamente dejaba caer la amenaza: "Anunciad que todo el pueblo en que un francés haya sido asesinado será quemado inmediatamente... Que los que se encuentren mañana con armas, cualesquiera que sean, y sobre todo con puñales, serán considerados como enemigos de los españoles y de los franceses y que inmediatamente serán pasados por las armas." Al final del escrito podía leerse lo siguiente: "Mi primo; señores de la Junta; pido a Dios que os tenga en santa y digna gracia". La palabra primo, según el protocolo de la casa real, era un tratamiento que el rey daba a los grandes de España en cartas y documentos, tanto oficiales como privados. Pero Murat empleó este vocablo para mofarse del incauto y crédulo Infante, así como de los miembros de la Junta de Gobierno. Según Entrambasaguas, "el Dos de Mayo fue el pueblo quien descubrió la existencia de los que hacían el primo frente a los manejos de Joaquín Murat y reaccionó contra quienes se dejaron engañar traicionando al pueblo con la frase expresiva de hacer el primo".
domingo, 11 de marzo de 2012
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