AMOR Y
DISTANCIA
Amamos nuestra casa, pero vivimos
bajo el miedo de perderla.
Amamos nuestros padres e hijos, pero tememos su
muerte.
Amamos nuestra pareja, pero sufrimos por celos.
Amamos nuestras mascotas, pero limitamos su
aproximación.
Amamos nuestros vecinos, pero evitamos la intimidad.
Amamos nuestro automóvil, pero tememos asaltos y
accidentes.
Amamos nuestros amigos, pero no confiamos en ellos
totalmente.
Amamos nuestro trabajo,
pero nos preocupamos con perder el empleo.
Amamos nuestras diversiones,
pero no soltamos nuestras tensiones.
Amamos nuestra escuela,
pero nos perturbamos con calificaciones y maestros
circunspectos.
Amamos nuestra religión, pero creemos
en el castigo.
Amamos nuestro pasado, pero guardamos rencores y
ofensas.
Amamos nuestro futuro, pero tememos ver desmoronarse
nuestros sueños.
Es así que tan mal vivimos en el momento
presente
y es solo por temor que dejamos de amar completamente
todas las cosas y a tantas personas.
¿No estaría bien vivir como merecemos,
dejando de lado los miedos
únicamente para ver que sucede?
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