Un día particular, Sally llegó a sus
clases y sabía que iba a ser un día de diversión. En la pared estaba un blanco
grande, y en una mesa próxima estaban muchos dardos. El Dr. Smith les dijo a
los estudiantes que dibujaran una foto de una persona que no les gustara, o de
alguien que los haya puesto furiosos, y él les dejaría tirar los dardos a esa
foto.
La amiga de Sally dibujó una foto de una
muchacha que le había robado a su novio. Otra amiga dibujó la foto de su
hermanito. Sally dibujó una foto de un amigo anterior, poniendo muchos detalles
en su dibujo, hasta le dibujó las espinillas de la cara. Sally estuvo
satisfecha con el efecto que ella había alcanzado. Se alineó en la fila para
tirar los dardos. Algunos de los estudiantes lanzaron sus dardos con tal fuerza
que sus blancos fueron rasgados. Sally miraba adelante en espera de su turno, y
entonces se llenó de decepción cuando el Dr. Smith, debido a límites de tiempo,
pidió que los estudiantes volvieran a sus asientos.
Cuando se sentó con el pensamiento de
que estaba muy enojada porque ella no tuvo una ocasión de lanzar ningún dardo a
su blanco, el Dr. Smith comenzó a quitar los blancos de la pared.
Por debajo del blanco estaba una foto de
Jesús. Un silencio cayó sobre el cuarto mientras que cada estudiante vio
desmantelada la foto de Jesús; los agujeros y las marcas dentadas cubrieron su
cara, y sus ojos fueron perforados.
El Dr. Smith dijo solamente estas
palabras.....
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