LA FALTA DE LÍMITES EN LA INFANCIA ELEVA LOS
TRASTORNOS DE PERSONALIDAD
El
exceso de permisividad y sobreprotección están impidiendo que los niños
conozcan la frustración. Estos niños después tienen que vivir en una sociedad
competitiva y frustrante y, por tanto, este contraste les está originando un
choque que en algunos casos les puede acarrear trastornos de personalidad. De
ahí la importancia de que los límites deben estar muy presentes desde el
nacimiento para ayudar al niño a reforzar su personalidad y conocer desde muy
pequeño que no es omnipotente y que las frustraciones existen en la vida real.
Empezar a poner límites a partir de la adolescencia no sirve de nada. Los niños
desde que nacen, tienen que aprender a diferenciar entre el bien y el mal,
aprender a que no tienen por qué tener todo aquello que desean, a que las cosas
no se consiguen sin esfuerzo y a que existe una correlación entre un premio y
un comportamiento adecuado. Según estudios, sólo en un 30% de los trastornos de
personalidad el origen guarda relación con componentes biológicos, genéticos o
de daños cerebral, mientras que el 70% está relacionado con aspectos
educacionales y ambientales.
Patricia Domínguez Psicóloga Centro de
Psicología y Logopedia PSILOG Avd. Miguel Mancheño 6, bj-E Tfno.: 956 703 655
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