Cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed, mándame alguien que necesite una bebida;
Cuando tenga frío, mándame alguien que necesite calor;
Cuando tenga un disgusto, preséntame alguien que necesite consuelo;
Cuando mi cruz se haga pesada, hace que comparta! la cruz de otro;
Cuando esté pobre, ponme cerca de alguien necesitado;
Cuando me falte tiempo, dame alguien que necesite unos minutos míos;
Cuando sufra una humillación, dame la ocasión de alabar a alguien;
Cuando esté desanimado, mándame alguien a quien tenga que dar ánimo;
Cuando sienta necesidad de la comprensión de los demás, mándame
Alguien que necesite la mía;
Cuando sienta necesidad de que me cuiden, mándame alguien a quien tenga que cuidar;
Cuando piense en mí mismo, atrae mi atención hacia otra persona.
Hacerme digno, Señor, de servir a mis hermanos, que viven y mueren pobres y hambrientos en este mundo de hoy.
Dales, a través de mis manos, el pan de cada día; y dales paz y alegría, gracias a mi amor comprensivo.
Madre Teresa.
Alguien dijo:
Salí a buscar mi felicidad y no la encontré. Salí a buscar la de los demás y encontré la mía.
Cuando las cosas parezcan estar cuesta arriba, no pienses en loq ue te falta, sino en ayudar a quiebes vienen detrás tuyo. De aquí, aquello de que manos que siempre dan ... nunca estarán vacías.
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