Pepita era una semilla muy sabia, conocía
el principio, medio y final de los jardines. Siempre tenía una respuesta para
cada pregunta y a pesar de ser pelada y fea, parecía esconder algo hermoso
dentro de sí. Muchas veces era objeto de burla, esto la deprimía y la hacía
cada vez más dura y seca, ya no quería compartir su conocimiento con nadie.
Un día la lluvia llegó y todas las flores, rosas, azucenas, y jazmines eran muy felices recibiendo las gotas que bañaban el grandioso jardín. Pepita, temiendo que la lluvia se burlara de su aspecto se ocultó bajo una pequeña piedrita, sin embargo, el agua de la lluvia se deslizó bajo la piedra y alcanzó a Pepita transformándola en el más hermoso árbol florido del jardín.
Así fue como todos descubrieron aquel hermoso secreto que Pepita ocultaba dentro de sí.
Un día la lluvia llegó y todas las flores, rosas, azucenas, y jazmines eran muy felices recibiendo las gotas que bañaban el grandioso jardín. Pepita, temiendo que la lluvia se burlara de su aspecto se ocultó bajo una pequeña piedrita, sin embargo, el agua de la lluvia se deslizó bajo la piedra y alcanzó a Pepita transformándola en el más hermoso árbol florido del jardín.
Así fue como todos descubrieron aquel hermoso secreto que Pepita ocultaba dentro de sí.
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