Intentar algo nuevo quizá sea aterrador y hasta peligroso. Por
eso es mucho más inteligente aceptar un riesgo calculado que un paso
imprudente.
Charles Lindbergh se metió en un riesgo calculado cuando decidió
cruzar el Atlántico solo con un monoplano de un solo motos. ¿Tenía Lindbergh
temor?
Sin duda podía haberlo tenido si no hubiera volado antes o si
hubiera ignorado todo sobre aviones. Si no hubiera confiado en el constructor
de su avión ni en sus mecánicos, también habría tenido una buena razón para estar
preocupado. Y si hubiera decidido hacer el viaje por capricho, sin
planificación anticipada, sin duda alguna los demás habrían pensado que era
imprudente.
No obstante, ninguno de estos factores se dieron en el caso de
Lindbergh. Era un piloto y mecánico experimentado que dedicó meses a supervisar
en persona la construcción de su avión. Participó en la planificación de cada
detalle de este vuelo histórico. El resultado final fue un vuelo seguro que
terminó antes de lo previsto y con gasolina en el depósito.
En gran medida, el "afortunado Lindy" formó su propia
suerte.
Asimismo, los grandes momentos espirituales se basan casi
siempre en la preparación anticipada. Moisés creció en la corte del faraón,
desconociendo que lo preparaban para el día en que le pediría al faraón que
dejara salir a su pueblo de Egipto.
Daniel era un hombre de oración muchos años antes de que el rey
firmara el decreto prohibiendo la oración. La violación de la ley llevó a
Daniel al foso de los leones, donde se respondieron sus oraciones pidiendo
protección.
David pertenecía a la corte del rey Saúl y se casó con su hija.
Esto fue parte de su preparación para sentarse un día en el trono. Los años que
pasó en el desierto lo prepararon en lo espiritual para confiar en Dios, y solo
en Dios, de modo que le preservara, protegiera y ayudara a gobernar un imperio.
La misma Ester se preparó durante un año antes de ganar el "concurso"
de reina.
Quizá tú no veas con claridad cuál es el
propósito de Dios para tu vida, pero puedes confiar en que te está preparando
para alcanzarlo. Él no desaprovecha ningún momento de tu vida. Así que haz que
cada relación y experiencia cuenten hoy, ¡a sabiendas de que el Señor te está
preparando para grandezas futuras
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