Era un sábado por la tarde cuando un oso estaba caminando por la orilla del
puente, dos autos que también pasaban lo espantaron cayéndose por un costado,
pero alcanzá a sostenerse del arco del mismo. No podía ni salirse ni saltar.
Las autoridades pensaron que ya nada se podía hacer porque ya era tarde.
Entonces, al día siguiente cuando regresaron encontraron al oso durmiendo muy
tranquilo donde estaba atrapado.
Después de asegurar una red debajo del puente, le
aplicaron un tranquilizante.
El oso cayó en la red, lo bajaron, se despertó y caminó.
Hay una moraleja en esta historia:
Puede ser que este oso haya hecho un
movimiento equivocado y encontrarse colgando de sus uñas.
De alguna manera se las arregló para
ponerse en el arco del puente, donde se dió cuenta que estaba en
una mala, pero muy mala e imposible
situación.
¿Qué fué lo que hizo?
Hey, ¡se tomó una siesta!
Y la situación se le compuso sola
mientras él dormía.
La moraleja es que cuando confrontes una
mala situación, algunas veces la mejor solución es... tomárselo con calma y
espera.
CONCLUSIÓN:
¡Relájate, tómate una
descanso y deja a Dios hacer el trabajo!!!.
No sabemos como se sintió el oso, pero su instinto fue relajarse y esperar.
Bueno, a veces también para nosotros los humanos también funciona así,
relajarse y esperar, pero hay quien también le llama fe hermano, ¡¡¡FE!!!.
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