Ted Turner, exitoso empresario de la TV,
hizo una pregunta desafiante a su buen amigo Vartan Gregorian, presidente de la Corporación Carnegie:
«Tú eres un gran recaudador de fondos. ¿Cuál es la mayor donación que has
recibido?» Gregorian le dijo que fue una donación de 500 millones de dólares
que Walter Annenberg hizo al sector de la educación.
Turner contestó: «¿Qué te parecen 1.000 millones? Esta noche voy a dar 1.000
millones de dólares.» Y lo hizo, prometiendo dar 100 millones al año para
financiar los programas de las Naciones Unidas durante los siguientes diez
años.
La impresionante filantropía de Turner recibió la atención y el aplauso del
mundo entero. Después de todo, era la mayor donación registrada a nivel
mundial. ¿Seguro? ¿Y la que registra la Biblia del regalo de Dios al mundo de
su «Hijo unigénito»? (Juan 3:16).
Mil millones de dólares es una donación inusitadamente grande, difícil de
imaginar para la mayoría de nosotros. Pero disminuye a cero cuando pensamos
en el pesebre de Belén y la cruz del Calvario. El valor del regalo de Dios al
hombre es inestimable. En absoluto asombro, Pablo dio las gracias a Dios por
su «don inefable» (2 Corintios 9:15).
¿Cuál es el regalo más valioso de todos? Es el regalo de Dios de su Hijo
unigénito a un mundo pecador. Por medio de la fe en Él podemos tener el
perdón absoluto de nuestros pecados y la vida que nunca termina (v.16). ¿Has
recibido el regalo de Dios?
Juan 3:16
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito...
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