Un minuto sirve para sonreír, sonreír para el otro, para ti y para
la vida.
Un minuto sirve para ver el camino, admirar una flor, sentir el
perfume de la flor, sentir el césped mojado, percibir la transparencia del
agua.
Un minuto sirve para escuchar el silencio.
Es en un minuto en que uno dice el sí, o el no que cambiará toda
su vida.
Un minuto para sentir la responsabilidad, pesar en los hombros, la
tristeza de la derrota, la amargura de la incertidumbre, el hielo de la
soledad, la ansiedad de la espera, la marca de la decepción, la alegría de la
victoria.
En un minuto se puede amar, buscar, compartir, perdonar , esperar,
creer, vencer y ser.
En un minuto se puede salvar una vida.
Tan sólo un minuto para incentivar a alguien o desanimarlo.
Un minuto para comenzar la reconstrucción de un hogar, de una
vida.
Minutos…….. cuantas veces los dejamos pasar sin darnos cuenta,
pero también cuantas veces traemos a nuestra vida los recuerdos de los minutos
vividos llenos de felicidad, de alegría y tristezas.
Con frecuencia decimos ” es un minuto” que nos parece nada, pero
cómo se aprecia ese minuto al levantar la mano y saludar a un amigo que se va
para siempre, como se valora ese minuto que hace que lleguemos tarde a nuestro
trabajo, como se espera ese minuto que nos lleva a reunirnos con los que
amamos, cómo nos llena de emoción ese minuto al que se entrega al hilo al nacer
y como también que la vida otorgue más minutos a que la muerte separará
físicamente y no veremos más.
Un minuto parece increíble, parece tan poquito, y sin embargo,
puede dejar una huella tan profunda en nuestra vida.
Lo importante no es vivir la vida por qué sí, dejando pasar el
tiempo.
Aprendamos a vivir la vida intensamente.
Aprendamos a no posponer las emociones más lindas de la vida
pensando que ” sí no es hoy , será mañana “.
Recuerda que tu tiempo es hoy.
La vida es hoy.
Que el reloj de tu vida marque cada minuto al compás de los
latidos de tu corazón.
Autora : María Julia La Fuente .
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