En ARCOS pasé
corta temporada
en la estación
que con furor febeo
nombre le
otorgaba de veraneo
a la estancia,
en casa, reposada.
En ella, desde
la baja alborada
de las horas,
hacía mi floreo
bastantes
dedicando a papeleo
de manera,
posible, sosegada.
Con notas de
vivencias anteriores
la añoranza ha
estado prominente,
gozando de sus
muchos derredores.
ARCOS fuera
quedó más de la cuenta
porque yo no
podía humanamente
no más que
alguna marcha, corta y lenta.
Córdoba, 18
octubre 2007.
Ramón VÁZQUEZ
ORELLANA.+
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