S O N E T O A ARCOS de la FRONTERA.
El silencio doméstico
y urbano
que, serena, la casa
me ofrecía
era impresión gozada
cada día
aún con el tono
familiar lejano.
Ya mi vida ha pasado
el meridiano
en que andar con
futuro es osadía
y el pasado no ofrece
garantía
de, si querer,
ponértelo en la mano.
No
obstante, este periodo interesante
lo
viví entre paredes de la casa,
cada
una con pasado relevante.
No
era encontrarme entre las mismas preso
ni
que mi relación por tal escasa
porque
era mi memoria un fiel congreso.
Córdoba,
6 de octubre 2007.
Ramón
VÁZQUEZ ORELLANA. +
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