Oh Ser humano.....te
cuento que te asemejas a la vertiente de un río.
Las personas te ven
como fuente de vida y se acercan a tus orillas por tus cualidades y lo que
puedes ofrecer, depositan su confianza en ti a tal punto que eres origen de sus
familias y ves todo su desarrollo. Son personas que confían en ti y que hasta
cierto punto dependen de ti.
Pero cuando menos lo
esperan, una tormenta hace crecer tus problemas y cambias de apacible fuente de
vida a turbulenta furia que destruye sin medida todo lo que está cerca,
llevándote con tu furia los sentimientos de los que te aman y los que confiaron
en ti.
Entre más fuertes son
las tormentas de tu vida más te desquitas con los que te aman, sin ellos tener
la culpa, pero siempre tus aguas son recibidas por alguien más poderoso que tu.
Sean turbias o claras
siempre sus olas están para recibirte y demostrarte que en todas tus
circunstancias Él siempre esta allí, esperando por ti.
Ay, ser humano que no
confías en sus aguas, siempre te recibirá con el abrazo más profundo para que
te disuelvas en sus aguas y la turbidez se difumine en la claridad de sus
corrientes.
Entonces calentará tu
alma en vapor para que purifiques tu vida y dejarás tus problemas allá en sus
manos y como clara gota de lluvia te depositará una vez más en tu vida para que
vuelvas a fluir por tus montañas.
Los que antes
destruiste con tus corajes, volverán a tus orillas, porque dejaste todo en las
manos de Dios y le permites a Él llevar tus problemas.
Oh ser humano, sólo te
resta ser agradecido y aprovechar la oportunidad para que otros ríos te sigan
como guía y puedan fluir hacia los brazos de Dios.
Autor..Jeffrey
Rodríguez
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