Resulta frecuente oír hablar de
personas que atraviesan por una “crisis”, que se sienten “deprimidas” o presas
de “angustia”. Estas palabras tienen un significado preciso en psiquiatría y
que todos empleamos a veces con cierta ligereza, pero que normalmente responden
a una situación real, de insatisfacción profunda, cuyas causas no se acaban de
ver con claridad.
Los psiquiatras que tratan de
reorganizar el proyecto personal del individuo que se ve afectado por una de
estas crisis muchas veces tampoco encuentran una salida porque es la ausencia o
frustración del “proyecto personal” lo que provoca esa sensación de infelicidad
que parece ir apoderándose cada vez de más personas, y que ningún fármaco o
consejo es capaz de proporcionar..
“ NOS HACEMOS AL COMPÁS DEL
TIEMPO “
“ ¿ Qué es el proyecto personal
? -se pregunta E. Rojas en uno de sus libros-. Es la operación que yo hago con
mi vida llevándola hacia delante. Lo que yo quiero que ella sea, los planes que
trazo para el día de mañana. Un hombre equilibrado, sano y maduro es aquel en
el cual el presente está empapado de porvenir y el pasado ha sido digerido.
Dicho de otro modo: en donde casi todo es futuro. ese futuro es el espacio en
donde uno lleva a cabo la realización de su proyecto, en singular.
En este párrafo se advierten ya
algunos elementos que permiten aproximarse al nudo de la cuestión: la necesidad
de “digerir”, de asimilar el pasado, y de contemplar el presente con vistas al
porvenir, de manera que casi todo sea futuro. Cuando se adopta esta actitud,
quedan desterradas en el acto posturas tan ineficaces y paralizantes como
dedicarse a un continuo “rumiar” el pasado, a lamentar su pérdida, o a
“deleitarse con cierta morbosidad en las dificultades presentes".
AMOR, TRABAJO Y CULTURA
Toda persona debe tener un
proyecto de vida, en el que mostrará lógicamente un sistema de preferencias,
que son las particularidades de ese proyecto, el cual forma una estructura que
puede ser representada en un modelo operativo”.
“ Todo proyecto personal -
continúa el Dr. Rojas - debe contener tres ingredientes: amor, trabajo y
cultura. el sentido de la vida se puede sistematizar en esos tres distritos,
los cuales tejen el rumbo de la existencia. La felicidad es una dimensión
prospectiva que responde a la realización de nuestro proyecto personal”.
PERSONAL, REALISTA Y EXIGENTE
El proyecto personal - afectivo,
profesional y cultural- debe reunir las siguientes cualidades :
1.- La primera nota es que éste
es personal. Es diseñado por mi mismo y responde, por tanto, a unas
inquietudes, deseos y aspiraciones particularmente subjetivos que reflejan mi
forma de pensar y de entender el mundo que me rodea.
2.- Ha de ser realista y
exigente. Debo conocer mis posibilidades y limitaciones, además del perímetro
de circunstancias que me rodean. Y debe servir como acicate para ir a más, en
esa búsqueda incesante por alcanzar una mayor altura profesional, madurez en la
vida afectiva y una densidad cultural adecuada a mis condiciones.
CONCRETO E ILUSIONADO
3.- Ha de ser concreto, lo más
concreto posible. esto significará que debe tener presentes dos aspectos
importantes: primero renunciar a la dispersión, no querer tocar demasiadas
teclas, pues el pretender estar aquí y allá conduce a una improductividad por
demasía; segundo: debo decir que no a muchas invitaciones del exterior,
interesantes y sugestivas, pero que de un modo u otro me alejan de la ruta
trazada.
4.- Necesita una programación
ilusionada. como dice Julián Marías en su “Breve tratado de la ilusión”: lo
decisivo en la ilusión es la anticipación, bien porque algo se acerque hasta mí
o porque yo salga a su encuentro. Este organigrama general requiere el concurso
de buenas dosis de estos tres elementos: orden constancia y disciplina
EL IMPOSIBLE NECESARIO
Después de trazar, de una manera
clara y precisa, los rasgos que enmarcan a todo verdadero proyecto personal, E.
Rojas aborda el tema de esa sed de felicidad que afecta a cada uno de los
hombres y que es reveladora de su radical insuficiencia de lo cual resulta que “la
felicidad es un imposible necesario”.
“ ¿ Qué es lo que puede
realmente colmar esta sed insaciable y esa tendencia incontenible del hombre a
ser feliz? La respuesta es el bien. ¿ Qué quiere decir esto? El bien debemos
entenderlo aquí como que en él no hay nada que no sea bueno, es decir, que
tiene la capacidad de satisfacer por completo y definitivamente la más profunda
sed del hombre, porque la felicidad consiste en conocer y amar lo bueno. Amar
quiere decir estar junto a aquello que se ama. Por eso no hay felicidad sin
amor. No es posible, es un ingrediente indispensable para la felicidad. Pero el
amor no es suficiente, sino que requiere su incrustación en el proyecto
personal...”.
Dios es el que encauza los
afectos, estimula el trabajo y es base de la cultura, esos tres ingredientes
que E. Rojas considera imprescindibles a la hora de que cada uno haga su
proyecto personal. Es también la fortaleza y el consuelo para superar todas las
dificultades que puedan presentarse en la realización diaria de ese proyecto de
vida y de futuro, sobre todo en los momentos de dificultad.
LA PROPIA REALIZACIÓN
“Feliz se siente, a cierta
altura de la vida, la persona cuyo proyecto-realidad es ascendente. Los
objetivos propuestos van siendo cumplidos, a pesar de las dificultades - muchas
de ellas inesperadas - como se encuentran en tantos recodos del camino . El que
me sienta feliz, no implica el cumplimiento de todos mis propósitos de trabajo.
Esto es casi una utopía. El hombre es como una sinfonía incompleta, se está
siempre haciendo, siempre es superable su actuación, nunca puede decir he
alcanzado bastante...Pero es que además la vida es azarosa y puede que mañana
cambien el rumbo de los acontecimientos y éstos se tornen difíciles y hagan mi
vida casi imposible..
“ La competitividad actual en
casi todos los planos del mundo laboral es tan alta que si no la sabemos
entender bien es probable que termine problematizándose, llenándonos de
agresividad y desconfianza. Cuando se van cumpliendo los objetivos
profesionales propuestos, con las naturales modificaciones que la vida
comporta, es cuando percibo esa sensación de que estoy realizándome”.
“ soy feliz -concluye- cuando mi
vocación como hombre -en mi trabajo, en mis afectos y en el plano cultural- se
va desarrollando positivamente y en tanto en cuanto he sabido aceptar los
cambios, las modificaciones y la acción de tantos aspectos inesperados como han
recaído sobre ella “.
LA VERDADERA FELICIDAD
E. Rojas suministra una serie de
puntos de reflexión que pueden ayudar a examinar y corregir las propias
actitudes. una breve apostilla debe hacerse, sin embargo, a su afirmación de
que “la felicidad consiste en conocer y amar lo bueno”: ese bien capaz de “
satisfacer por completo y definitivamente la más profunda sed del hombre” es
-resulta fácil llegar a esta conclusión- Dios, que nunca puede estar ausente de
un proyecto personal verdadero y capaz de hacer experimentar esa “expansión y
dilatación” gratificante que constituye la felicidad.
Mony Vallejo G.
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