John Erskine fue uno de los hombres más versátiles y
mejores educados de su época, un verdadero ¨hombre del Renacimiento¨.
Fue educador, considerado uno de los mayores maestros
que jamás haya tenido la Universidad de Columbia.
Era concertista de piano, autor de sesenta libros,
estaba al frente de la Escuela de Música Julliard, y era un popular
conferencista lleno de ingenio para una gran cantidad de grupos. Poseía un
contagioso entusiasmo por aprender.
.
Los estudiantes concurrían a las clases de Erskine no
por su fama o consumada carrera, sino por lo que él creía de ellos. Erskine
poseía la firme creencia que el mundo no le pertenecía a él, sino a sus
alumnos.
.
Les decía frecuentemente: ¨Los mejores libros aún no
se han escrito. Las mejores pinturas aún no se han pintado, los mejores
gobiernos aún no se han formado.
¡Lo mejor aún debe ser hecho por ustedes!¨
.
Fue su entusiasmo por la vida y su optimismo por el
mañana los que se convirtieron en su mayor atributo y herencia.
Todo hombre tiene momentos de entusiasmo. Algunos lo
poseen por treinta minutos, otros por treinta días, pero el que lo posee por
treinta años es el que triunfa en la vida.
Mire siempre hacia adelante y hacia las alturas. Sus
mayores contribuciones hacia la vida, sus mejores entregas, sus mejores
cuidados, lo mejor de su amor, ¡aún está por darse
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