Jamás permitas que ningún hombre te esclavice…
…tú naciste para ser amada… no para ser esclava.
Jamás permitas que tu corazón sufra en nombre del amor…
Amar es un acto de felicidad, ¿por qué sufrir…?
Jamás permitas que tus ojos derramen lágrimas…
… por alguien que nunca te hará sonreír…
Jamás permitas que tu cuerpo sea usado.
Sabes que es la morada del espíritu, entonces, mantenlo apreciado...
Jamás permitas quedarte horas esperando…
por alguien que nunca vendrá,
aunque te lo haya prometido.
Jamás permitas que tu nombre sea pronunciado en vano…
por un hombre que ni se sabe si tiene nombre...
Jamás desperdicies tu tiempo con alguien…
que nunca tendrá tiempo para ti...
Jamás permitas que alguien te hable a gritos…
Si te han de hablar… que sea con amor.
Jamás permitas que pasiones desenfrenadas…
te saquen de un mundo real para hacerte entrar
en uno que nunca existió...
Jamás permitas que tus pies caminen en dirección de un hombre…
que se la pasa… huyendo de ti.
Jamás permitas que los sueños de otros se mezclen a los tuyos,
haciéndolos girar en una gran pesadilla...
Jamás permitas vivir angustiada en la dependencia de un hombre,
haciéndote creer que tu naciste inválida y sin iniciativa…
Jamás confíes que alguien pueda volver,
cuando nunca estuvo presente...
Jamás permitas que quedes linda y maravillosa, para esperar a un hombre que no
tiene ojos para admirarte.
Jamás permitas prestar tu útero para engendrar un hijo que nunca tendrá un
padre...
Jamás permitas que el dolor, la tristeza, la soledad, el odio, el
resentimiento, los celos, el rencor y todo lo que pueda sacar el brillo de tus
ojos, debiliten la enorme fuerza… que Dios puso dentro de ti…
Jamás te permitas... que tu misma,
pierdas tu dignidad de ser mujer.
Jamás se lo permitas… a nadie
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