En
una junta de animales, bailó tan bonito el mono, que ganándose la simpatía de
los espectadores, fue elegido rey.
Celosa
la zorra por no haber sido ella la elegida, vio un trozo de comida en un cepo y
llevó allí al mono, diciéndole que había encontrado un tesoro digno de reyes,
pero que en lugar de tomarlo para llevárselo a él, lo había guardado para que
fuera él personalmente quien lo cogiera, ya que era una prerrogativa real.
El
mono se acercó sin más reflexión, y quedó prensado en el cepo.
Entonces
la zorra, a quien el mono acusaba de tenderle aquella trampa, repuso:
-"¡Eres
muy tonto, mono, y todavía pretendes reinar entre todos los animales!".
No te lances a una empresa, si antes no has reflexionado sobre
sus posibles éxitos o peligros.
La
fábula de hoy nos recuerda que todos necesitamos enfrentar la realidad de
nuestras limitaciones... y todos las tenemos, aunque pareciera que algunos
tuvieran muy pocas. Lo cierto es que Dios nos ha concedido dones particulares
que necesitamos utilizar al máximo para poder cumplir con Sus propósitos en
nuestra vida y de esa manera vivir vidas plenas de satisfacción.
Sin
embargo, la tragedia de muchos es no saber discernir la razón por la cual Dios
nos dio esos dones y embarcarnos en otro tipo de travesía y aventura que mal
utiliza tales dones.
La
buena noticia es que, cuando nos falta sabiduría, la Biblia nos anima a
buscarla en Dios, quien nunca nos cierra la puerta ni ignora nuestra petición.
Adelante
y que el Señor les bendiga.
Raúl
Irigoyen
Pensamiento del Capellán
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