El universo flamenco se rinde a Quino
Más de
treinta artistas de primer orden emocionan
a un Palacio de Congresos abarrotado, en un espectáculo
histórico en cuanto a calidad artística
Es seguro que los flamencos irrepetibles que
ya están en el cielo se emocionarían junto a Quino el sábado por la noche al
ver cómo sus hermanos, aquí abajo, le
rendían tributo desde lo más profundo de su alma gitana. Porque el Palacio de Congresos
de La Línea, abarrotado, se convirtió en un punto neurálgico del universo
flamenco, en un festival de impresionante calidad, difícil de repetir, que
congregó durante más de seis horas a una treintena de artistas. Que no solo
participaron altruistamente, sino que se vaciaron literalmente, derrocharon
duende y compás y emocionaron a un público entregado a reconocer la importancia
del guitarrista linense Quino Román a través de una escultura en su ciudad
natal.
Al presidente de la Peña Flamenca Cultural
Linense, entidad organizadora del Festival, Enrique
Morales, le costó sintetizar tantos agradecimientos que tuvo que hacerlo en
varios tramos durante su presentación de la primera parte del espectáculo. A
los artistas, a las peñas flamencas de la comarca, al Ayuntamiento linense, al
escultor Nacho Falgueras, a la Asociación Amantes de la Copla, a las empresas
colaboradoras, a los voluntarios, al público y un largo eccétera que prueba
cómo la solidaridad y el arte, tanto arte, derriban los muros de la crisis
cuando merece la pena. Éste, sin duda, era el caso. A falta de conocer los
detalles de la recaudación, Morales informó al patio de butacas de que “en muy
poco tiempo la escultura de Quino Román será realidad”.
El recuerdo de respeto y admiración a
Joaquín Román Jiménez se fue tornando en emoción desde el comienzo del
espectáculo, cuando la guitarra tomó protagonismo en primer lugar de las
maravillosas manos de Jesús Román, hijo de Quino, acompañado por un alumno de
la Escuela de Jaén. El recuerdo de ambos a las notas de Paco de Lucía arrancó
los primeros aplausos. Ovaciones de corazón, que se repetirían en incontables
ocasiones durante la noche. La copla de la pequeña Alba Román también dejó garantías
de continuidad para la tercera generación. Y aquello solo era el principio.
Si la actuación de Nano de Jerez conmovió a
los espectadores por su forma particular de ofrecer los cantes de Jerez, la de
Manuel Molina elevó al público, inmerso en la poesía flamenca más bella y
bohemia de este singular intérprete.
Si el cante más puro de Juan Delgado, Canela
de San Roque, José Canela, el joven pero sabio José Montoya, Pedro El Granaíno
y Rancapino hijo brotó en el Palacio, la gracia y el duende de lo jondo de
Rancapino padre cubrieron las expectativas de los aficionados. Hubo momentos muy
especiales en las actuaciones de David Morales, José El Gallo, Jose El Pañero o
Esperanza León.
La guitarra flamenca más esperada llegó
cuando Tomatito, acompañado por su amplio grupo de guitarristas, cantaores y
palmeros, apareció sobre el escenario. El guitarrista, que durante años acompañó
a Camarón, supo entregar al público lo que demandaba, la creatividad musical desde
la frescura.
Otras guitarras también sonaron a homenaje sincero
hacia uno de los suyos. El propio Tomatito Hijo, José De Pura, Dani Casares,
José Bustamante, Antonio Peralta, Lalo Macías o José Monge, hijo de Camarón, le
tocaron a Quino con el alma.
No subieron al escenario, por motivos de
salud, Chiquetete y Erika Leiva, presente no obstante en la sala. En su lugar
actuaron Yolanda Figueroa quien, acompañada a la guitarra por Jesús Román, se
arrancó con su torrente de voz con La
Salvaora por bulerías y encandiló a los presentes. Kimera Campos interpretó
una copla y la flamenca Remedios Reyes levantó al público con su arte en los
cantes de ritmo y su baile espontáneo.
La esposa de Quino, Curra; Dolores Montoya
La Chispa y la familia entera del guitarrista linense presenciaron el
espectáculo y se mostraron totalmente agradecidos por los incontables apoyos y
la respuesta conseguida. La Línea ya no olvidará nunca a Quino. Y el universo
flamenco también ha tomado nota de la calidad de su homenaje. Ahí queda eso.
Tanto los familiares de “Quino Román” como
los socios y socias de la Peña Flamenca Cultural Linense, desean agradecer a
los aficionados y a las instituciones municipales sus apoyos para que este
festival fuera un éxito y se recaudara los fondos económicos necesarios para
hacer posible la fundición de la escultura homenaje al guitarrista linense.
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