Un cruce de caminos, historia de una
decisión… Nos encontramos ante una elección entre tres puertas, tres caminos al
frente, en la primera salida alguien me llama de repente con interés, en la
segunda, alguien conocido esta esperándome, desconociendo sus intenciones y en
la tercera alguien deseado se va alejando mientras decido que camino seguir
andando.
Siento correr cada segundo, en este
espacio de espera, creado en mi mundo, la antesala del deseo, donde se cruzan
sentimientos, reservo mi turno. A veces quiero cerrar los ojos y correr a donde
me lleve el viento, coger el camino que me guardo el destino, pero en el no
creo, por eso siento, pienso y actúo. Siento, lo que a veces implica
sufrimiento, pienso, en donde a veces me entretengo, actúo, de lo que nunca me
arrepiento, pues pasadas las tres fases, la decisión es un acierto puesto que
yo he sido el arquitecto, y de su resultado siempre aprendo.
A veces veo cosas donde no las hay,
otras en cambio no las veo y ahí están, si sientes que estoy ciego, simplemente
ven, y dímelo. Dímelo con palabras, dímelo con afecto, dime lo que guardas en
tu silencio, mago no soy, a adivino no llego, por ahora no puedo ver más allá
del espejo.
Cada camino, cada elección, cuan más
lejana esta la entrada, más tiempo lleva arraigada, riesgo-valor ese es el
factor. A veces por no sufrir, dejamos al miedo vivir, ¿lo estoy dispuesto a
asumir?… La vida
como buen concursante, no hay que vivirla cobarde, pues sólo una vez se
concursa, vívela hacia adelante. En otro lugar de mi mundo, en otro continente,
en una historia muy diferente, una puerta se ha hecho pequeña, más que las que
la rodean, fácil de empujar, difícil de cerrar, pues vínculos posee que no se
deben cortar.
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