Habas contadas
Cuando algo nos parece
tan claro y evidente que no puede ser de otro modo, se dice que son habas
contadas. Durante mucho tiempo, ayudarse de la
semilla de esta planta para contar y efectuar pequeñas operaciones matemáticas,
así como para echar suertes, fue algo habitual tanto en las casas como en la
plaza pública de muchos pueblos españoles. Para ciertos folcloristas, sin embargo,
la expresión nació a raíz de que el cabildo eclesiástico de Cádiz hacia sus
votaciones secretas con habas blancas para votar sí, y altramuces, para votar
no. Otras congregaciones religiosas utilizaban habas de diversos colores, o peladas
y cubiertas.
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