Arrimemos el hombro
Es admitido en
la actual situación del país, rotulada por extensión como de crisis, que una
gran parte de los inquilinos de nuestra querida España lo está pasando mal, si
se compara con lo que había hace sólo unos pocos años en que se despilfarraban
los cuartos. Nos parecía entonces que el ajustarse el cinturón se vislumbraba
como un horizonte lejano al que nunca se iba a llegar.
Se ha de
resaltar como la pérdida de bienestar ha representado para un importante sector
de la población una merma en su poder adquisitivo, especialmente para aquellas
familias afectadas por la lacra del paro.
Uno estima que
nuestro país es rico en esencia; con una situación geográfica privilegiada,
amplio litoral, clima benigno, floreciente agricultura y con unas estructuras
vanguardistas que, en transportes, disponen de los más modernos medios de
comunicación terrestres, marítimos y aéreos, así como de una sociedad y régimen
político abierto de los más avanzados del planeta. Otra cosa es que no se haya
hecho en los últimos años un correcto uso de la gestión y administración de sus
recursos y, en consecuencia, la riqueza de la que se disponía se ha resentido,
pero no se ha de tener la menor duda que de la actual situación de crisis se
puede salir, y se va a salir, aunque no es fácil. Para ello hace falta que
todos, sin excepción, arrimemos el hombro de manera inmediata, además de un
cambio en determinados estamentos gubernamentales, creando, modificando o
aboliendo leyes y reglamentos desfasados para hacerlos más acordes a las
exigencias de los actuales tiempos y, de tal modo, que se agilice la
gobernabilidad y se castigue con ejemplaridad toda corruptela de cualquier
signo.
Arcos
de la Frontera
(Cádiz), 30 de diciembre de 2012
Salvador
Hueso Sañudo
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