Como las cosas que más amamos y más tememos tienden a ocupar
nuestros pensamientos gran parte del tiempo, atraemos justamente esas cosas.
¿Alguna vez has echado a perder completamente una nueva muda de ropa la primera
vez que te la pusiste? Justo cuando pensabas: "No quiero ensuciar esta
camisa nueva tan bonita", y tu bolígrafo empezaba a chorrear tinta dentro
del bolsillo superior. ¿Cuántas veces has escuchado a alguien decir: "En
los últimos doce años que tuve mi viejo auto no le hice ni un raspón; pero en
cuanto me entregaron mi primer auto nuevo, me empezaron a chocar". Incluso
si decimos "no quiero que pase tal cosa", gravitaremos justamente a
eso. Nuestra mente no puede desplazarse en sentido negativo con respecto a las
cosas, no puede hacer más que moverse hacia ellas. ¿Alguna vez se te ocurrió
pensar, en vísperas de un evento especial o de una fiesta: "Espero no
enfermarme porque esto no me lo quiero perder"? Al final resultó que te
enfermaste y te lo perdiste ¿no es cierto? Estos mismos principios se
manifiestan en la pobreza, la mala salud y en su trabajo. Si no paramos de
comentar, pensar y leer acerca de "cosas malas", gravitaremos
subconscientemente hacia ellas;
La gente de éxito se desplaza hacia el éxito.
Los fracasados tratan de escapar del fracaso.
El más importante principio mental que puede transformar a los
perdedores en triunfadores es concentrarse en lo que uno quiere; sin embargo,
vivimos hablando en negativo, quejándonos de lo que no tenemos y hablando de lo
que queremos evitar.
Es el Yo puedo y no el No puedo, pues al cerebro no
le importa lo que sigue después del 'no', él entiende que es 'no'.
Eso es un callejón sin salida, debemos concentrarnos en lo que
queremos lograr a nivel personal.
Cuando tememos perder algo, nos ponemos en posición de perderlo.
Estas leyes obran con el mismo poder en nuestras relaciones amorosas. Cuando
tememos perder el amor de alguien, de inmediato nos ponemos en peligro de
perderlo.
La moraleja es
"concéntrate en lo que tienes y disfrútalo, no pienses en perder lo que
posees".
Enfoca tu atención en lo que deseas; si dejas que tus temores te
obsesionen, éstos te abrumaran.
En realidad, el principio de atraer lo que se teme es hermoso;
implica el reto de enfrentar nuestros miedos y mediante ellos superarnos.
¿Cómo podremos crecer si las cosas que tememos se alejan de
nosotros?
¿Cómo desarrollarnos si nunca nos enfrentamos con lo que nos
produce temor?
Las leyes universales nos demuestran que podemos vivir perfectamente
sin aquello que tanto tememos perder. Debemos aprender a disfrutar lo que
tenemos y dejar de pensar y sufrir por lo que no tenemos.
Debemos vivir el presente.
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