La fiesta de cumpleaños transcurría de maravillas, y la niña de trece años
estaba emocionada ya que todos sus amigos pudieron celebrar con ella. Cada
regalo era justo lo que quería. El último juego fue Ponle el rabo al burro,
todos estaban especialmente ansiosos ya que el ganador recibiría un certificado
de diez dólares para comprar pizza. Cuando le llegó el turno a la cumpleañera,
dio un paso en falso y cayó encima de algunos amigos.
Todo era muy divertido, la niña no
estaba dispuesta a rendirse aun después del incidente, así que continuó
intentando poner la cola en cualquier parte excepto en el borrico de papel.
Cuando le quitaron la venda de los ojos y pudo ver cuán lejos se encontraba del
sitio correcto, exclamó: Sin duda, necesito que alguien dirija mis pasos.
Dios prometió dirigir nuestras pisadas
si le permitimos hacerlo. El plan para nuestras vidas se trazó antes del
comienzo del tiempo. Cada mañana podemos ir ante el Señor y tener una visión
fresca de la dirección que nos dará ese día.
¿Enfrentas la toma de una decisión
trascendental? ¿Necesitas guía y dirección? A través de las escrituras
encontramos promesas de que Dios nos mostrará el sendero correcto. No tenemos
que dar un paso en falso o andar a tientas con los ojos cerrados. Nuestro Padre
celestial está ansioso por darnos sabiduría. Todo lo que necesitamos es
pedirla, y Él dirigirá cada una de nuestras empresas.
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