Piercing en la boca. Efectos y consecuencias.
Los 'piercings' en la boca causan numerosas lesiones bucodentales tras su
colocación: inflamación, dolor, dificultades para hablar y masticar, alteración
del gusto, sangrado, aumento de la salivación, infección y reacciones alérgicas
al material. Cuando se inserta en la lengua, existe un importante riesgo de
hemorragia, ya que este órgano tiene muchos vasos sanguíneos.
Al cabo del tiempo, los adornos de la lengua y los labios también provocan
otros daños como fisuras, abrasiones, pigmentaciones, úlceras, crecimiento
exagerado del tejido cicatricial o depapilación, es decir, pérdida del
triángulo de encía que hay entre diente y diente.
A largo plazo, empieza a acumularse en el piercing placa y sarro, se
acumulan bacterias y se inflaman los tejidos de alrededor, lo que supone una
causa de halitosis, es decir mal aliento.
El trauma repetido del piercing sobre la encía va a provocar
retracción e incluso daño en el hueso que sujeta la diente. Esto hace que se
pueda perder el diente. También los desgasta, los rompe y los hace más
sensibles.
Al menos un 35% de las personas con 'piercing' en la lengua o en los labios
experimentan recesión gingival (pérdida de encía bucal) que, si no se trata,
puede terminar en la caída del diente. La pérdida de encía empieza a observarse
a partir de los dos años.
La boca es un importante foco de infecciones donde residen millones de
bacterias. Una perforación aumentaría este riesgo e incluso se propagaría a
otras zonas del cuerpo.
Además, el 'piercing' en la lengua dificulta la intubación endotraqueal en
casos de traumatismo o intervenciones quirúrgicas.
Dr. Orgambides.
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