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Cuenta la rumorología que
Juan de Tasis y Peralta, conde de Villamedina, estaba profundamente enamorado
de doña Isabel de Borbón, esposa del rey Felipe IV. Pues bien, durante una corrida de toros
celebrada en la Plaza Mayor de Madrid, con motivo de la onomástica del monarca,
el citado conde rejoneó un toro con tanto lucimiento que la reina exclamó
asombrada: "¡Qué bien pica el conde! Y el rey, con sorna, aludiendo a los
amores reales del rejoneador puntualizó: "Pica bien, pero pica alto." La frase real salió de los muros de la
plaza y empezó a usarse para significar que una persona tiene muchas ambiciones
o grandes pretensiones.
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