Mañana es Nochebuena
Mañana, 24 de diciembre, es Nochebuena, así como suena, con mayúscula. Noche de estar despierto, de vigilia, como antesala en la que se aguarda el nacimiento del Niño Dios.
La familia cristiana, en esa noche mágica, se reúne con sus seres queridos para celebrar la natividad. Es noche fría pero desde la proyección humana muy cálida, porque es la noche en la que se abren los corazones dispuestos a perdonar y olvidar las rencillas que, inevitablemente, surgen entre familiares, amigos y conocidos de una sociedad eminentemente materialista y deshumanizada en la que nos ha tocado vivir. Es el instante, el momento de reflexionar, de hacer balance de las vicisitudes que nos ha deparado la aventura de vivir desde la anterior Nochebuena y sopesar hacia que lado se inclina el fiel de la balanza con lo que le colocamos en cada uno de sus platillos. Conseguir su equilibrio es una labor ardua, espinosa, pues no creo que haya cosa más difícil de medir, contar o tabular que la conciencia del hombre que, con facilidad, se volatiliza y desvanece sin que existan elementos capaces de confinarla para que no se desvirtúe, para que no se enrarezca.
Mañana es Nochebuena, y yo, parlanchín insolente que se asoma cada semana a esta mini columna, quisiera desde ella mandarles a todos y cada uno de los miembros de las familias arcenses un mensaje de aliento y esperanza, y que la paz, la alegría y la confianza reinen en sus corazones no sólo en la noche del 24 sino durante todas estas entrañables fiestas navideñas y próximo 2012.
Con mis mejores deseos: Feliz Navidad 2011.
Arcos de la Frontera (Cádiz), 09 de diciembre de 2011
Salvador Hueso Sañudo
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