Oírte hablar
Oírte hablar es mi deseo, es como amanecer, rodeado de fantasías, y despertar con la candidez de un beso, sentir tu mano suave y tibia en mi pecho y tus cabellos en mi mano, como brisa diáfana, refrescando mis anhelos, eso quiero. La distancia no separa a las almas que se buscan; la distancia las une con acordes cargados de esperanzas y deseos, deseos de ver tos ojos salpicados de estrellas, esas estrellas que cansadas de estar en el cielo, piden asilo en tu mirada para hechizar con pasión y misterio.
Y después de todo ¿qué me queda?, esperar con paciente melancolía, a que tu mirada de hechizo, navegue por mi cuerpo, cual velero, sin rumbo en el mar infinito de mis sueños, eso quiero, cierro mis ojos y te veo, y te abrazo, y te beso, y te siento cerca de mis huesos, en cada golpe del corazón que no palpita, más que eso, recita tu nombre como queriendo llorar de pena, saltar de mi pecho a tus brazos enloquecido
Sólo eso quiero, oírte hablar, eso es todo lo que quiero.
Colaboración de Rubén Najarro
El Salvador
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