En Villamartin te espero si la cuerda no se rompe. Esto es de cuando Primo de Rivera, por lo menos, había que usar una barca para cruzar el lago que separaba a Bornos de Villamartín. Evidentemente, no había carretera.
Er to que tó. Finalmente. Conclusión a la que se llega tras varias reflexiones. (“Er to que tó es que nos fuimos al Castro a echarnos unos chupitos y nos encontramo al Paquichi que nos invitó”).
Estar de borriquitos caídos. Estar cabreado, mejor no hablarle porque lo más probable es que te suelte un pirdorazo.
Estar en babia. Estar en la pompa, estar empanao, despistado, que no estás a lo que estás.
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