FARMACIAS DE GUARDIA EN LA PROVINCIA DE CÁDÍZ

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CALENDARIO

sábado, 1 de octubre de 2011

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El último soplo de vida

El último soplo de vida

Brilla el horizonte, cierro los ojos toda mi vida pasa por mi mente…
Levanto la mirada desafiante, me enfrento al final. Tomo aire y suelto un suspiro eterno, que alimenta mi muerte y vacía mi vida. Adelanto mis pasos poco a poco, cojo velocidad, inicio la última carrera, corro, me enfrento al final. No son mis piernas lo que me impulsan, sino mi corazón que sueña contigo y me obliga a luchar hasta el último soplo de vida por ti… No es el valor lo que me mueve, sino las ganas de venganza de mis sueños rotos.
La incertidumbre me visita, pero no miro atrás, sólo lo que hay delante es válido para mí. Sonrisas y llantos quedan atrás. Batallas perdidas y pérdidas en batallas. Amigos y enemigos. Miedo y esperanza. Fuerza y debilidad. Todo eso ya no importa, sólo me queda un soplo de vida, que usaré para llegar a ti. Corro hacía la luz, dando esquinazo al pasado, pisando el presente y atravesando el futuro, en el que te buscaré por última vez.
Veo mi sombra, veo el reflejo de un deseo, la locura de un hombre, la esperanza de un loco, la insensatez de una mente, el precio del amor, el límite de una vida. Cada vez más cerca de esa luz, cada vez más lejos de la vida, cada vez más vacío y más lleno de ti. Siento que queda poco, aumento mis esfuerzos, te vislumbro entre los destellos, veo tu silueta, me aproximo sin pausa, siento que te alcanzo, no…
Mi corazón se para, mis párpados comienzan a pesar, mi mente se vacía de recuerdos, mis piernas se arrodillan, mi aliento se agota, mis miradas se vuelven borrosas… Me desplomo, caigo sobre tu sombra, en parte te alcancé, muero, pero muero sonriendo, pues hasta el último soplo de vida luché por mis sueños, luché por ti…
Colaboración de Adri Elegance
España

EL POETA Y LA POESÍA SALVADOR RUEDA

Hay en tu mirada
yo no sé qué cosa,
que en mis fibras penetra y penetra
como espada sorda.



FÁBULA DE SAMANIEGO


Fábula XVIII

18. El calvo y la mosca

Picaba impertinente
En la espaciosa calva de un Anciano
Una Mosca insolente.
Quiso matarla, levantó la mano,
Tiró un cachete, pero fuese salva,
Hiriendo el golpe la redonda calva.
Con risa desmedida
La Mosca prorrumpió: «Calvo maldito,
Si quitarme la vida
Intentaste por un leve delito,
¿A qué pena condenas a tu brazo,
Bárbaro ejecutor de tal porrazo?»
«Al que obra con malicia,
Le respondió el varón prudentemente,
Rigurosa justicia
Debe dar el castigo conveniente,
Y es bien ejercitarse la clemencia
En el que peca por inadvertencia.
Sabe, Mosca villana,
Que coteja el agravio recibido
La condición humana,
Según la mano de donde ha venido»;

Que el grado de la ofensa tanto asciende
Cuanto sea más vil aquel que ofende.

NUEVO DÍA

Una raqueta de tenis en mis manos, no sirve para nada.
Una raqueta de tenis en manos de Rafael Nadal, significa el Campeonato en Wimbledon.
Una pelota de basketball en mis manos vale unos $50.00
Una pelota de basketball en las manos de Michael Jordan vale alrededor de $33,000.00
Una honda en mis manos es un juego de niños.
Una honda en manos de David es el arma de la victoria del Pueblo de Dios.
Dos panes y cinco peces en mis manos son un par de sandwiches de pescado.
Dos panes y cinco peces en manos de Jesús son el alimento para miles.
Unos clavos en mis manos pueden servir para construir una pajarera.
Unos clavos en las manos de Jesucristo producen la Salvación de toda la humanidad.
Como has visto, todo depende de en manos de quién está el asunto.
Pon tus proyectos, tus preocupaciones, tus miedos, tus deseos, tus sueños, tu familia y tus relaciones en manos de Dios.
No olvides "Todo depende de en manos de Quién está el asunto".
Si todavía tienes duda de Quién tiene el Control Real, aquí tienes algunas referencias:

MEDITACIÓN DIARIA

Para meditar las palabras del Salve Regina
Te saludamos con sonrisas, flores, y canciones. Oh María, la mujer más digna del amor. 
Autor: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net

Meditemos esta oración para disfrutar más el Rosario.

Dios te salve

Te saludamos con sonrisas, flores, y canciones
Oh María, la mujer más digna del amor.
Desde niño me enseñaron esta oración mis padres
queriendo que yo te amara y venerara
como ellos lo hacían.
Y desde entonces sigo rezando y cantando
 
esta bella plegaria todos los sábados
y a la hora del rosario cotidiano.
Dios te salve, maravilla de mujer y de Madre,
lirio hermoso de los valles y praderas.
Pensando en Ti me vuelvo poeta
me dan ganas de cantar.
Mis versos son para Ti,
 
mis canciones te las canto a Ti.
 


Reina y Madre de misericordia

Lo que más necesitamos es misericordia,
porque somos infinitamente miserables.
Tu amor inmenso hacia tus hijos se convierte
en océano de bondad, de misericordia, y de piedad.
Te agradecemos tu amor, tu virtud excelsa,
veneramos tu grandeza incomparable
pero sobre todo agradecemos
la misericordia de tu rostro y de tu corazón.
Tienes ojos y corazón hechos de bondad.
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia...


Vida nuestra

Nos animas a vivir,
 
Haces feliz nuestra vida,
Nos otorgas calidad de vida,
porque contigo vale la pena vivir.
No vamos solos por la vida.
¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?
Tú lo dijiste. Y cumples las promesas.


Dulzura

Suavidad, serenidad, paz.
Contigo estamos al abrigo de tormentas y huracanes.
Tu corazón es refugio montañero,
 
es brisa de primavera, es cantar de pajarillos,
es cristalina fuente,
 
dulzura de la vida, de mi vida.


Y esperanza nuestra

Todo lo espero de Dios por medio de Ti,
porque Dios te ama muchísimo
y Tú me amas muchísimo.
Contigo no cabe la desesperanza y la tristeza.
En las orillas de tu manso río
crecen los pastos y las flores en toda estación.
Tú eres una eterna primavera,
rosal florido, perfumado, digno de contemplarse.
De Ti lo espero todo y más de lo que esperan
todos los niños de sus mamás.
Espero que me lleves al cielo.
Espero que me hagas feliz.
Espero contemplarte en el cielo
 
en un éxtasis de amor.
Eres hermosísima paloma blanca
que vuelas en mi jardín.
Alegras mis días y mis noches.
Me haces sonreír y mirar hacia delante
con ilusión y entusiasmo.
La vida sin Ti no tendría sabor ni sentido.
Pero contigo sí quiero vivir.
Quiero contemplarte en el lirio del campo,
en la rosa perfumada, en el blanco clavel,
en todas las flores de las praderas,
en las estrellas de la noche.


Dios te salve

Te saludamos, te cantamos,
 
te llevamos mañanitas, Oh dulce madre.
Dios te salve.


A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva

Fuimos hijos de Eva para desgracia nuestra.
Pero somos hijos tuyos para completa felicidad.
Si triste y dura fue la herencia de nuestra madre Eva,
inmensamente rica es la herencia
que nos viene de Ti.
El destierro se dulcifica
porque Tú nos acompañas cada día.
Así nuestro desierto florece y se vuelve llevadero.
¡Qué dura sería la vida sin tu dulce compañía!
¡Qué cardos, qué espinas no produciría!
Pero entre los cardos y espinas tu mano amorosa
ha plantado muy bellas rosas.


A Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas

Siempre nos quedas Tú.
En medio de los peligros eres refugio,
 
pararrayos contra la justa ira de Dios.
En medio de las lágrimas, eres consuelo.
Tus hijos pueden sufrir, por ser ley todos,
pero nunca desesperan.
Saben mirar a través de las lágrimas
tu rostro materno que les llena de esperanza.


Ea, pues, Señora, abogada nuestra...

El nombre de abogada significa defensora.
Tú nos defiendes del maligno,
del que atacó a nuestra madre Eva en el Paraíso,
y la hirió pasándonos la herida.
Tú nos libras de peligros y tentaciones
que nos pudieran hacer perecer.
Contigo llevamos la frente alta por la vida,
hasta el destino final que es el cielo.
Desde allí intercede ante tu Hijo
por cada uno de tus hijos,
por mí también.


Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos

Sí, tus ojos...
Yo quiero asomarme a tus ojos, contemplarlos,
porque sólo de mirarlos me curo de mis tristezas,
su alegría se me contagia,
su pureza infinita se me participa.
Tus ojos, Madre Virgen, son océano
 
de gracia y de pureza.
Por eso necesito mirarlos, contemplarlos,
para que la bienaventuranza de los puros de corazón
me toque a mí también.
Nos miras con amor y misericordia.
Necesitamos de ambas realidades a morir.
porque somos débiles y miserables en abundancia.
Misericordia es lo que suplicamos.
Suplicamos a la misericordiosa Virgen.
Suplicamos a la más amorosa Madre.
A través de tus ojos aspiramos esa misericordia
 
y ese amor.
Es lo mejor que nos puedes regalar.
Eres misericordia y eres amor,
 
dos realidades que heredaste de Dios,
para regalarlas a tus hijos.


Y, después e este destierro...

Destierro, porque la patria no está aquí.
Porque la tierra, que es en sí hermosa,
se nos vuelve inhóspita y agraz, al pensar en el cielo.
Destierro, porque aquí te tenemos y tenemos a Dios,
pero todavía no es del todo y para siempre.
Podemos perderte, podemos perder a Dios,
¡Oh terrible posibilidad!
En el cielo Tú serás nuestra y nosotros tuyos
del todo y por toda la eternidad.
¡Qué inmensa beatitud!


Muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre

Lo más grande que Tú tienes es Jesús.
Muéstranoslo, queremos verlo, conocerlo,
amarlo entrañablemente.
Desde que fuiste Madre de Jesús,
nunca podrás separarte de Él, es tu hijo.
Pero lo mismo que a Él, nos has engendrado
a cada uno de nosotros.
Somos por eso sus hermanos y tus hijos.
Ser hijo no siempre es bien valorado por éste
pero ser madre es muy bien conocido por ella.
Yo no conozco bien lo que significa ser tu hijo,
pero Tú sí sabes lo que significa ser mi madre.
Jesús es el hermano mayor y especial.
Debemos asemejarnos a Él.
danos la gracia de conocerlo como Tú lo conoces:
 
Un Dios amor que nos quiere
 
hasta la muerte de cruz,
que nos dio a su Madre, a Ti, para cada uno.
Déjanos ver su rostro, déjanos conocer su corazón,
concédenos amarlo con todas nuestras fuerzas.


Oh clemente, Oh piadosa, Oh dulce Virgen María

Clemente, piadosa y dulce:
la trilogía de la misericordia encarnada en Ti.
Permítenos beber en tu fuente
 
el agua dulce de tu piedad.
Estamos tan necesitados de clemencia,
dulzura y piedad.
Pero tu fuente rebosa de esa agua pura.
Virgen María dulce: Eres el rosal sin espinas,
 
belleza de rosas perfumadas:
corremos al olor de tus perfumes.
Virgen María clemente: De Dios lo aprendiste,
Oh Madre del hijo pródigo.
Si algo sabes hacer con excelencia,
es el arte de la misericordia con tus hijos pecadores.
Necesitamos tanto tu capacidad de compasión,
 
porque somos pecadores maltratados por Satanás.
Virgen María piadosa:
Te compadeces del pecador,
 

de sus heridas purulentas, no queriendo ver su culpa.
Respondes con piedad y misericordia
a la negra ingratitud, como tu Hijo.
Misericordia del Hijo, misericordia de su Madre.
Gracias por ser dechados de piedad para nosotros,
que, si algo necesitamos, es misericordia y piedad.