viernes, 18 de julio de 2025
HISTORIAS BELLAS
EL VALOR DE UNA MUJER ..
Cuando creé los cielos y la tierra, les hablé de
existir. Cuando creé al hombre, lo formé y soplé vida en su ser. Pero a tí,
mujer, te formé después de haber soplado el aliento de vida al hombre porque tu
interior es muy delicado.
Permití que un profundo sueño se apoderara de él para
poder crearte paciente y perfectamente.
El hombre fue puesto a dormir para que no interfiriera
con la creatividad. Te formé de un hueso. Elegí el hueso que protege la vida
del hombre. Elegí la costilla, que protege su corazón e interior y lo yergue y
apoya, como tú debes hacer.
Te formé a partir de este hueso.Te moldeé. Te formé
bella y perfectamente. Tus características son como las de la costilla, fuerte
pero delicada y frágil.
Provees protección para el órgano más delicado del
hombre, su corazón. Este es el centro de su ser, su interior contiene el
aliento de vida.
La caja formada por las costillas se quebrará antes de
permitir que se dañe el corazón. Sostén al hombre como las costillas sostienen
al cuerpo.
No vienes de sus pies, para estar por debajo de él. No
fuiste tomada de su cabeza, para estar por encima de él. Fuiste tomada de su
costado, para estar a su lado y ser mantenida muy cerca de él. Eres mi ángel
perfecto. Eres mi pequeña niña preciosa.
Has crecido para ser una espléndida mujer de
excelencia, y mis ojos se llenan cuando veo las virtudes de tu corazón. Tus
ojos, no los cambies. Tus labios, que adorables cuando dicen una plegaria. Tu
nariz, tan perfecta en forma...
Tus manos, de tacto tan suave. He acariciado tu cara
en tu sueño más profundo; he mantenido tu corazón cerca del mío.
Adán caminó conmigo en el frío del día y aún estaba
solitario, él no pudo verme o tocarme, sólo pudo sentirme.
Así que todo lo que quise que Adán compartiera y
experimentara conmigo, lo puse en tí. Mi bendición, mi fortaleza, mi pureza, mi
amor, mi protección y apoyo.
El hombre representa mi imagen, la mujer mis
emociones. Juntos ustedes representan la totalidad de Dios.
Así que,
Hombre: trata bien a la mujer. Ámala, respétala, ella
es frágil. Al herirla me hieres a mí. Lo que haces a ella me lo haces a mí. Al
quebrarla a ella solo dañas tu propio corazón, el corazón de tu padre y el de
su padre.
Mujer, apoya al hombre, muéstrale el poder de la
emoción que te he dado. Suavemente muéstrale tu fortaleza. En el amor,
muéstrale que eres la costilla que protege su interior.
Autor: desconocido
NUEVO DÍA
Nadie
es dueño de su felicidad, por eso no entregues tu alegría, tu paz, tu vida en
las manos de nadie, absolutamente nadie
Somos
libres, no pertenecemos a nadie y no podemos querer ser dueños de los deseos,
de la voluntad o de los sueños de quien quiera que sea.
La
razón de tu vida eres tu mismo. Tu paz interior es tu meta en la vida.
Cuando
sientas un vacío en el alma, cuando acredites que aún te está faltando algo,
aún teniéndolo todo, guarda tus pensamientos para tus deseos más íntimos y
busca la divinidad que existe en ti.
¡Deja
de situar tu felicidad cada día más distante de ti.!
No
coloques el objetivo demasiado lejos de tus manos, abraza a los que están a tu
alcance hoy.
Si
andas preocupado por problemas financieros, amorosos o de relaciones familiares,
busca en tu interior la respuesta para calmarte, tu eres el reflejo de lo que
piensas diariamente.
¡Deja
de pensar mal de ti mismo y se tu mejor amigo siempre.!
Sonreír
significa: aprobar, aceptar, facilitar. Entonces habrá una sonrisa para aprobar
el mundo que quiere ofrecerte lo mejor.
Con
una sonrisa en el rostro las personas tendrán la mejor impresión de ti, Y tu
estarás afirmando para ti mismo, que estás “próximo” para ser feliz….
Trabaja,
trabaja mucho a tu favor. Deja de esperar la felicidad sin esfuerzos. Deja de
exigir de las personas aquello que ni para ti has conquistado aún.
Criticar
menos, trabajar más.
Y,
no te olvides nunca de agradecer. Agradece todo lo que está en tu vida en cada
momento, inclusive el dolor.
Nuestra
comprensión del Universo, es aún muy pequeña para juzgar lo que quiera que sea
en nuestras vidas. La grandeza no consiste en recibir honores, más en
merecerlos.
Textos
del filósofo griego Aristóteles escrito en el año 360 A. C.
Autor Desconocido