jueves, 31 de julio de 2025
NUEVO DÍA
No hay que ser agricultor para
saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego
constante.
También es obvio que quien
cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada, halándola
con el riesgo de echarla a perder, gritándole con todas sus fuerzas: ¡Crece,
maldita seas!
Hay algo muy curioso que sucede
con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes:
Siembras la semilla, la abonas, y
te ocupas de regarla constantemente.
Durante los primeros meses no
sucede nada apreciable.
En realidad no pasa nada con la semilla
durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto
estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.
Sin embargo, durante el séptimo
año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece más de 30
metros.
¿Tardó sólo seis semanas en
crecer?
No, la verdad es que se tomó
siete años y seis semanas para desarrollarse.
Durante los primeros siete años
de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de
raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de
siete años.
Sin embargo, en la vida
cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas, triunfos
apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento
interno, y que éste requiere tiempo…
Quizás por la misma impaciencia,
muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan
súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta.
Es tarea difícil convencer al
impaciente que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y
coherente y saben esperar el momento adecuado.
De igual manera es necesario
entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que
creemos que nada está sucediendo. Y esto puede ser extremadamente frustrante.
En esos momentos (que todos
tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que en
tanto no bajemos los brazos, ni abandonemos por no “ver” el resultado que
esperamos, sí está sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo,
madurando.
Quienes no se dan por vencidos,
van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les
permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.
El triunfo no es más que un
proceso que lleva tiempo y dedicación.
Un proceso que exige aprender
nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros.
Un proceso que exige cambios,
acción y formidables dotes de paciencia.
Tiempo…
¡Cómo nos cuestan las esperas!
¡Qué poco ejercitamos la paciencia en este mundo agitado en el que vivimos…!
Apuramos a nuestros hijos en su
crecimiento, apuramos al chofer del taxi… nosotros mismos hacemos las cosas
apurados, no se sabe bien por qué…
Perdemos la fe cuando los
resultados no se dan en el plazo que esperábamos, abandonamos nuestros sueños,
nos generamos patologías que provienen de la ansiedad, del estrés…
¿Para qué?
Te propongo tratar de recuperar
la perseverancia, la espera, la aceptación.
Gobernar aquella toxina llamada
impaciencia, la misma que nos envenena el alma. Si no consigues lo que anhelas,
no desesperes…
Quizás sólo estés echando raíces…
miércoles, 30 de julio de 2025
BIOGRAFÍAS
Alameda: Biografía Completa

BIOGRAFIAS
Abigail: Biografía Completa
Abigail Flores Martínez, conocida simplemente como Abigail, es una cantante española nacida el 4 de octubre de 1962 en Madrid, España. A continuación, te presento su biografía completa:
Inicios
Abigail comenzó su carrera musical en la década de 1980, cuando se unió al grupo musical "Parchís". Sin embargo, pronto decidió seguir una carrera en solitario y lanzó su primer single, "Enamórame", que se convirtió en un éxito en España.
Carrera en solitario
En la década de 1980 y 1990, Abigail lanzó varios álbumes y singles que se convirtieron en éxitos en España y otros países de habla hispana. Algunos de sus temas más conocidos son "Enamórame", "No es fácil" y "Quiero saber". Su estilo de música pop y dance la convirtió en una de las cantantes más populares de su época.
Discografía
Abigail ha lanzado varios álbumes a lo largo de su carrera, incluyendo:
- "Abigail" (1984)
- "No es fácil" (1986)
- "Quiero saber" (1988)
- "Abigail 1990" (1990)
Legado
Abigail es considerada una de las cantantes más importantes de la música pop española de la década de 1980 y 1990. Su música sigue siendo popular entre los fanáticos de la música retro y ha influido en generaciones posteriores de cantantes y músicos.
Actualidad
Aunque Abigail no ha lanzado nuevo material en los últimos años, su música sigue siendo recordada y disfrutada por muchos fanáticos. Ha participado en varios conciertos y eventos de música retro y sigue siendo una figura respetada en la industria musical española.
NUEVO DÍA
No hay amistad ni amor como el
de una madre por su hijo. Henry Ward Beecher
Nuestra hija Ariana paso de ser
un bebe a ser una niñita, y como todas, solía golpearse y rasparse las rodillas
cuando jugaba. En estas ocasiones, extendía mis brazos y le decía "Ven a
verme". Cuando trepaba en mi regazo, la mimaba y le preguntaba "¿Eres
mi niñita?" En medio de sus lagrimas, asentía. "¿Mi linda niñita
Ariana?" Asentía esta vez con una sonrisa. Por último, le decía: "¡Y
te amo siempre, por siempre, pase lo que pase!" Con una risita y un abrazo
partía preparada para su próximo reto.
Ariana ahora tiene cuatro años
y medio. Hemos continuado jugando a "Ven a verme" cuando se raspa las
rodillas o hieren sus sentimientos, para los "buenos días" y las
"buenas noches".
Hace unas pocas semanas tuve
"uno de aquellos días". Estaba fatigada, de mal humor y agotada de
cuidar una niña de cuatro años y dos muchachos adolescentes y un negocio en
casa. Cada llamada telefónica o llamada a la puerta significaba trabajo para un
día entero, que debía ser despachado ¡de inmediato! En la tarde ya no pude
soportarlo y me marche a mi habitación para llorar a mis anchas.
Ariana pronto se me acerco y me
dijo: "Ven a verme". Se acostó a mi lado, coloco sus suaves manitas
en mis mejillas húmedas y pregunto, "¿Eres mi mamita?" entre
lagrimas, asentí. "¿Mi linda mamita?" Asentí, y sonreí. "¡Y te
amo siempre, por siempre, pase lo que pase!" Con una risita y un fuerte
abrazo, partí preparada a afrontar mi próximo reto.
Fuente: Jeanette Lisefski. Sopa
de Pollo para El Alma de la Madre