La parábola de los talentos ha dejado una gran impresión en mí durante mucho tiempo. ¿Qué querría Dios que nosotros aprendiéramos de ella? He pensado cosas que me gustaría compartir:
1. No todos tenemos la misma cantidad de talentos.
2. Dios sólo requiere que usemos los que tenemos.
3. Dios no desea que nos comparemos con otros.
4. No debemos usar nuestros talentos de manera egoísta.
5. Dios requerirá de nosotros sólo aquello que él nos había dado.
6. Nuestro concepto de Dios determinará cómo usamos nuestro talento.
7. La simple obediencia a lo que conocemos agrada a Dios.
8. Cuando usamos lo que tenemos, Dios nos dará más.
9. Dios desea que nuestras vidas sean fructíferas.
10. Es un grave pecado enterrar nuestros talentos.
11. La fidelidad es más importante que hacer grandes cosas.
Dios nos ha dado talentos a cada uno de nosotros para que los usemos. Dios desea que hagamos lo que seamos capaces de hacer.
Esto incluye el trabajo que hacemos en nuestros oficios, la ayuda que les brindamos a los necesitados, nuestro trabajo en la comunidad y en la iglesia. A veces somos llamados a trabajar de forma anónima.
Recuerda, hasta dar un vaso de agua fría tiene su recompensa. Dios está interesado en las pequeñas cosas así como en los deberes más notables.
No busquemos las cosas grandes hasta que no hayamos aprendido la fidelidad en las cosas pequeñas.
Fuente: Wayne Miller, Junto a Aguas de Reposo