martes, 4 de octubre de 2011
A VECES PIENSO
A veces pienso
A veces pienso
que es algo anormal.
Es horrible este peso
soy creadora de mi mal.
Soy la única tonta
me pregunto como me soportas.
No valgo mi vida
merezco ir a la horca.
No soporto mi propio llanto
sin sentido, sin color.
Si pudiera esconderme tras un manto
y no sentir mas el dolor.
No me duelen las mentiras
me gusta su sabor.
Lo que duele es la herida
que tengo sin aparente razón.
He nacido con un necio
agujero en el corazón.
Tal vez es este el precio
por algún pasado baldón.
En alguna otra vida
algún pecado cometí.
Ahora no existe salida
nada malo en bueno convertí.
Deseo que llegue el día
en que mire mi reflejo.
Y ver en mi la estrella
que traiga brillo a mis ojos negros.
No ver mas la tristeza
no sentir la soledad.
Sólo ver certezas
y al fin la seguridad.
Colaboración de Liomarys Reyes –Santos
La PrincesitaPuerto Ricowww.tubreveespacio.com
FÁBULA DE SAMANIEGO
Fábula XX
20. La águila, la gata y la jabalina
Una Águila anidó sobre una encina.
Al pie criaba cierta Jabalina,
Y era un hueco del tronco corpulento
De una Gata y sus crías aposento.
Esta gran marrullera
Sube al nido del Águila altanera,
Y con fingidas lágrimas la dice:
«¡Ay mísera de mí! ¡ay infelice!
Este si que es trabajo:
La vecina que habita el cuarto bajo,
Como tú misma ves, el día pasa
Hozando los cimientos de la casa.
La amainará, y en viendo la traidora
Por tierra a nuestros hijos, los devora.»
Después que dejó al Águila asustada,
A la cueva se baja de callada,
Y dice a la cerdosa: «Buena amiga,
Has de saber que la Águila enemiga,
Cuando saques tus crías hacia el monte,
Las ha de devorar; así disponte.»
La Gata, aparentando que temía,
Se retiró a su cuarto, y no salía
Sino de noche, que con maña astuta
Abastecía su pequeña gruta.
La Jabalina, con tan triste nueva,
No salió de su cueva.
La Águila, en el ramaje temerosa
Haciendo centinela, no reposa.
En fin, a ambas familias la hambre mata,
Y de ellas hizo víveres la Gata.
Jóvenes, ojo alerta, gran cuidado;
Que un chismoso en amigo disfrazado
Con copa de amistad cubre sus trazas,
Y así causan el mal sus añagazas.
NUEVO DÍA
Un Obispo, de la costa oriental de los Estados Unidos, hace muchos años visitó a una pequeña universidad religiosa del medio oeste.
Se alojó en casa del presidente de la universidad, que también fungía como catedrático de física y química. Después de la cena, el obispo dijo que el milenio no podía estar lejos porque todo sobre la naturaleza había sido descubierto y todos los inventos habían sido concebidos.
El joven presidente de la universidad le manifestó cortésmente su desacuerdo y le dijo que él creía que habría más descubrimientos. Cuando el obispo, enojado, retó al presidente para que nombrara siquiera uno de tales inventos, el presidente replicó que estaba seguro de que dentro de cincuenta años los hombres podrían volar.
"¡Absurdo!" barboteó el furioso obispo. "Sólo los ángeles fueron creados para volar".
El nombre del obispo era Wright, y tenía dos hijos que demostrarían tener una visión más amplia que la de su padre. Sus nombres eran Orville y Wilbur. (Inventaron y pusieron en vuelo el primer avión práctico.)
El padre y sus hijos vivían bajo el mismo cielo, pero no tenían el mismo horizonte. (William Barker)
Muchas veces Dios ha puesto en nuestro Corazón una visión que quizá no concuerde con la de quienes nos rodean, sin embargo no olvidemos que es Él quien la ha puesto allí.
REFLEXIÓN DEL CONSEJO LOCAL DE HERMANDADES Y COFRADÍAS DE ARCOS DE LA FRONTERA
Nuestro ángel de la guarda Necesitamos renovar nuestro trato afectuoso y sencillo con nuestro ángel de la guarda que está a nuestro lado y nos ayuda de mil modos. |
Muchos tienen la costumbre de hablar con su ángel de la guarda. Le piden ayuda para resolver un problema familiar, para encontrar un estacionamiento, para no ser engañados en las compras, para dar un consejo acertado a un amigo, para consolar a los abuelos, a los padres o a los hijos. Otros tienen al ángel de la guarda un poco olvidado. Quizá escucharon, de niños, que existe, que nos cuida, que nos ayuda en las mil aventuras de la vida. Recordarán, tal vez, haber visto el dibujo de un niño que camina, cogido de la mano, junto a un ángel grande y bello. Pero desde hace tiempo tienen al ángel “aparcado”, en el baúl de los recuerdos. De grandes es normal que hablemos a los niños de su ángel de la guarda. Nos sería de provecho pensar también en nuestro ángel que está a nuestro lado y nos ayuda de mil modos. Es verdad: Dios es el centro de nuestro amor, y a veces no tenemos mucho tiempo para pensar en los espíritus angélicos. Podemos, sin embargo, ver a nuestro ángel de la guarda no como una “devoción privada” ni como un residuo de la niñez, sino como un regalo del mismo Dios, que ha querido hacernos partícipes, ya en la tierra, de la compañía de una creatura celeste que contempla ese rostro del Padre que tanto anhelamos. Necesitamos renovar nuestro trato afectuoso y sencillo, como el de los niños que poseen el Reino de los cielos (cf. Mt 19,14), con el propio ángel de la guarda. Para darle las gracias por su ayuda constante, por su protección, por su cariño. Para sentirnos, a través de él, más cerca de Dios. Para recordar que cada uno de nosotros tiene un alma preciosa, magnífica, infinitamente amada, invitada a llegar un día al cielo, al lugar donde el Amor y la Armonía lo son todo para todos. Para pedirle ayuda en un momento de prueba o ante las mil aventuras de la vida. Necesitamos repetir, o aprender de cero, esa oración que la Iglesia, desde hace siglos, nos ha enseñado para dirigirnos a nuestro ángel de la guarda: Ángel del Señor, que eres mi custodio, puesto que la Providencia soberana me encomendó a ti, ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname en este día. Amén. |
MEDITACIÓN DIARIA
No he venido a ser servida sino a servir Meditaciones del Rosario. Segundo Misterio de Gozo. La Visita de la Virgen a su prima Isabel. Autor: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net |
De tal palo tal astilla, o de tal astilla tal palo. El hijo y la madre tan parecidos, no sólo en la cara sino en la vida. Dos vidas paralelas. Dos personas que vinieron a inaugurar una nueva forma de vivir: No la del egoísmo, sino la de la generosidad y la entrega. El que no vive para servir, no sirve para vivir. María es un sí a Dios, un sí a Jesús y un sí a los hombres. Un sí a Dios: Hágase en mí según tu palabra. Pero no una vez o por un rato, sino en todas las oportunidades y siempre. María el encanto de Dios. Mirarla es sonreír. La única criatura que ha agradado a en todo y siempre a Dios. Hermana nuestra, intercesora, pararrayos. Nuestra raza ha producido monstruos horrendos. Pero la figura de María le cura a Dios de todas las heridas que le provocan los hombres. Un sí a Jesús: Soy tu madre, tu compañera, tu sostén hasta la muerte. Lo tuvo en brazos cuando era un bebé desvalido, lo defendió de la espada de Herodes, lo acompañó en su vida pública con su oración y fortaleza: Jesús hombre, el Siervo de Yahvé incomprendido se cobijó a la sombra reconfortante de María, encontrando el único alivio en la tierra, porque su padre lo “abandonó en la tierra”. “Dios mío, Dios Mío, ¿por qué me has abandonado?” María cuidó de un hijo de Dios “abandonado” por el Padre y perseguido por los hombres. Es difícil imaginar hasta qué punto María ayudó a Jesús hombre en su dura travesía por la tierra. Le acompañó en la cuesta más dura, en el último trecho hacia el Calvario. María supo sostener con su oración y su presencia y con todo el amor de una madre a un dios semiagonizante que sudaba sangre en Gethsemaní. Y dio aliento a su hijo Dios crucificado para que terminara de entregar su vida por os hombres. En el templo lo entregó de niño en sus brazos. En el Calvario lo entrego de hombre en sus mismos brazos. “Padre, te ofrezco lo que queda de mi hijo en altar destruido de mi corazón de madre”. Jesús murió en el lecho duro de la cruz. Pero cobijado por el amor y el abrazo heroico de María. Retuvo en sus ojos un mar de llanto con la compuerta de su fortaleza, para no herir más al herido de muerte. Cuando Jesús expiró, se rompieron los diques y María se convirtió en un mar de lágrimas. Jesús da gracias a María por haberlo ayudado a subir al Gólgota, por haberlo ayudado a morir como un crucificado. En la cruz no quedaba nada de la omnipotencia de Dios y nada de la dignidad del hombre. Era la aniquilación total. Jesús no hubiera podido sólo. Quiso necesitar la ayuda de María no sólo para nacer, sino para morir. Fue corredentora porque ayudo al Redentor a redimirnos. Un sí a los hombres: No sabemos lo que le debemos a Dios. Ni sabemos lo que le debemos a María. Somos muy desagradecidos por ser muy ignorantes de tanto amor. “Ahí tienes a tu hijo, a tus hijos. No te dé pena de cómo son. Ámalos y cuídalos, como si fuera yo mismos”. María ha tomado en serio como al mismo Dios el cuidar de ti y de mí. No cabe duda que uno de los momentos en que Dios me ha amado más es cuando me dijo: Ahí tienes a tu madre. Desde entonces hay un amor en mi vida, el más puro, el menos merecido el de la madre más maravillosa. El corazón que amó a Dios me a mí como madre. ¡Bendito el momento en que esto empezó a suceder!. La madre de Dios es mi madre. Ella me sostiene con su oración y amor a lo largo de mi vida, en mis problemas y sufrimientos y en la hora de mi muerte Si servir hace felices, María fue la mujer más feliz, porque fue la mejor servidora. El método ha funcionado siempre, igual que el del egoísmo jamás ha funcionado ni funcionará. El de servir al prójimo crea hombres y mujeres felices. Se sirve rezando por los infelices; se sirve sufriendo por los pecadores; se sirve dedicando tiempo, mi tiempo, al apostolado; se sirve dando algo mío, y se sirve, sobre todo, dándose a sí mismo con amor al prójimo. Donde está María las personas y las cosas cambian Nazareth es un pueblo bendito por Ella y por Jesús y José. ¡Qué trilogía! Nunca tan pocos han hecho tanto por toda la humanidad. La casa de Zacarías no fue la misma desde que en ella se hospedó María. El nivel de gozo y serenidad subió al máximo. La boda de Caná, que hubiera acabado en un naufragio por escasez de vino, terminó siendo la boda más feliz, donde se sirvió el vino mejor del mundo. Por Ella. La vida de Jesús en este mundo hubiera sido insoportable sin Ella. Pero la vida de Jesús, la dura vida terrena del Hijo de Dios fue maravillosamente soportable por aquella flor de Nazareth. La vida de un cristiano, la tuya, la mía es muy diferente: amable, dulce, llevadera, cuando María convierte nuestra pobre agua en dulce vino. María es la alegría de vivir para quien la toma simplemente en serio. Invito desde aquí a todos los tristes, pesimistas, amargados a que toquen a la puerta de María. Verán renacer la esperanza. Y amar a María es la cosa más sencilla, más dulce, más inefable. El primer mandamiento de “amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón...” podríamos adaptarlo así:”Amarás a María, tu Madre, una milésima menos de la que amas a Dios”. Bendita tú que has creído... Tu fe gigantesca borra la incredulidad aterradora de millones de ateos e incrédulos. Y Dios lo sabe, lo mide. Bendita por ti y bendita por nosotros, que tanto tenemos la cerrazón de Tomás. Tú dijiste, antes que él, sin pedir tocar ni ver:”Señor mío y Dios mío”, cuando aquel Dios era sólo un puñadito de células en tu seno. Jesús diría a Tomás y a todos los incrédulos: “Dichosos los que sin ver creyeron”. En aquel momento la alabanza era para ti y para Juan. Después sería para todos los creyentes. Dichoso el que sigue creyendo en la Eucaristía, en la Iglesia, en Jesús, en María. Creer es un acto de amor y confianza en el amado; no en lo que yo veo o palpo o discurro, sino en su palabra. Creer es fiarse, es amar, es entregarse sin agarraderas. La fe fue toda tu vida la estrella polar. La fe te salvó de la desesperanza y del orgullo; de la rutina y del cansancio. La fe es la victoria que vence al mundo. Tú eres la mujer vencedora por excelencia. Mi alma glorifica al Señor... Debías cantar muy bellamente. Me gustaría oírte cantar uno de tus canciones favoritas, el Magnificat con el alma encendida de amor y gratitud a tu Creador. Sabías agradecer: Te nacía del alma como fuente a flor de corazón. Sabías ser humilde: Eras la humildad encarnada y transparente. Conocías tu grandeza, pero sabías que era regalo, y así lo proclamas: “Soy grande, andaré boca de todas las generaciones, porque Él es bueno y grande”. Yo sé que das las gracias a quien te reza un avemaría. Te llamas esclava, palabra sublime de amor. Ser esclavo del amado representa la plena disponibilidad, el sí total; por eso al llamarte esclava te declarabas totalmente a las órdenes de tu amado, Dios. Del amor hiciste tu identidad. Te podemos llamar Amor como san Juan llamaba a Dios. De amor llenaste la vida, y, así, esa vida se tornó maravillosa como todo lo que toca el amor. De amor viviste , y de amor moriste. Y de amor vivirás eternamente en el cielo; enamorada para siempre de tu Dios y enamorada de tus pequeños. Enséñanos a amar, a vivir de amor como tú. |
RADIO ARCOS 4 DE OCTUBRE 2011
RADIO ARCOS EMISORA MUNICIPAL, PROGRAMACIÓN PARA LA NOCHE DE HOY MARTES 4 DE OCTUBRE 2011.
A LAS 20:00 HORAS: INFORMATIVOS R.N. E
EL MUNDO EN NUESTRA ANTENA.
EL VINILO.
22:00 HORAS: CLÁSICOS EN LA NOCHE: POESÍA Y LA MEJOR MÚSICA CLÁSICA DE TODOS LOS TIEMPOS.
22.30 HORAS: LA CANCIÓN DE TU VIDA: TEMAS MUSICALES PRESENTADOS Y ELEGIDOS POR NUESTROS OYENTES.
23.00 HORAS “NOSTALGIA BAJO LA LUNA “EL PODER DE LA PALABRA “
ENTREVISTAS DEL AÑO 2009: JUAN MIGUEL MEDINA VALLE.
EL ENCUENTRO CONTIGO: ROCÍO GUERRA
HOMENAJE: ENTREVISTA A FRANCISCO MACÍAS DELGADO.
REFLEXIONES DIARIAS: EL LABRADOR.
GENTE DE ARCOS: JUAN MANUEL ARMARIO VÁZQUEZ EX ALCALDE DE ARCOS (1998)
3 A 5 DE LA MADRUGADA : MADRUGADA EN LAS ONDAS.
RADIO ARCOS, LA RADIO QUE SE ESCUCHA, 29 AÑOS EN TU VIDA.
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