domingo, 22 de septiembre de 2013
FABULA DE ESOPO
Zeus y la serpiente
Anunciadas las bodas de Zeus, todos los animales le honraron con presentes, cada uno según sus medios.
La serpiente subió hasta Zeus arrastrándose, con una rosa en la boca. Más al verla dijo Zeus:
-De todos acepto sus presentes, pero no los quiero de tu boca.
Anunciadas las bodas de Zeus, todos los animales le honraron con presentes, cada uno según sus medios.
La serpiente subió hasta Zeus arrastrándose, con una rosa en la boca. Más al verla dijo Zeus:
-De todos acepto sus presentes, pero no los quiero de tu boca.
No debemos confiarnos de las aparentes bondades de los malvados.
NUEVO DÍA
Un cargador de agua de la India tenía dos vasijas que colgaba en los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía tantas grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota sólo tenía la mitad de agua.
Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para lo fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque sólo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación. Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador y diciéndole:
“Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir”. El aguador apesadumbrado, le dijo compasivamente: “cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino”.
Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo, pero de todos modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar. El aguador le dijo entonces: “¿te diste cuenta de que las flores sólo crecen de tu lado del camino?”, siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello.
Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi maestro.
Si no fueras exactamente cómo eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear está belleza.
Cada uno de nosotros tiene su propia grieta. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados.
“Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir”. El aguador apesadumbrado, le dijo compasivamente: “cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino”.
Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo, pero de todos modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar. El aguador le dijo entonces: “¿te diste cuenta de que las flores sólo crecen de tu lado del camino?”, siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello.
Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi maestro.
Si no fueras exactamente cómo eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear está belleza.
Cada uno de nosotros tiene su propia grieta. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados.
UNA PARÁBOLA ..
Había una vez un matrimonio joven. El 38 años, su mujer de 36 y un pequeño de 6 años. Vivía también en la casa una anciana de 80 años, madre del padre de familia.
Todo transcurría con normalidad salvo a la hora del almuerzo y cena, en donde la anciana sin querer tropezaba las cosas, tirando a veces las copas servidas o ensuciando el mantel.
Después de un tiempo, ella le pidió a su marido que comprara una mesa para poner a su madre separada de donde ellos comían.Y así fué. A partir del siguiente día la "abuela" empezó a comer sola sin molestarlos a ellos.
Pasó algún tiempo, hasta que un día el hijo de la anciana se preparaba para almorzar cuando notó que su propio hijo tenía en el piso del comedor un par de maderas, clavos sueltos y martillo.
Se acerco a él y le preguntó:
"¿qué es lo que estas haciendo con esas cosas, hijo?".
Y el niño le respondió:
"estoy haciendo una mesa para cuando tú y mamá sean grandes como la abuela".
BUENOS DÍAS DESDE ARCOS DE LA FRONTERA
Había una joven muy rica, que tenía todo: un marido maravilloso, hijos
perfectos, un empleo donde le pagaban muy bien, una familia unida.
Lo extraño es que ella no conseguía conciliar todo eso, el trabajo y los
que haceros le ocupaban todo su tiempo y su vida estaba mal en algunas áreas.
Si el trabajo consumía mucho tiempo, abandonaba a sus hijos, si surgía algún
problema, ella dejaba de lado a su marido… Y así, las personas que ella amaba
eran siempre dejadas para después,
Hasta que un día, su padre, un hombre muy sabio, le dio un regalo: una flor
muy cara y rarísima, de la cual había apenas un ejemplar en todo el mundo. Y le
dijo:
"Hija, esta flor te ayudará mucho mas de lo que tu te imaginas!
Únicamente necesitas regarla y podarla de vez en cuando, ocasionalmente
conversar un poco con ella, y ella te dará a cambio ese perfume maravilloso y
las más lindas flores."
La joven la recibió
emocionada, pues la flor era de una belleza sin igual. Más el tiempo fue
pasando, los problemas surgían, el trabajo consumía todo su tiempo, y su vida,
que continuaba confusa, no le permitía cuidar de la flor.
Ella llegaba a casa, miraba la flor y aun estaba ahí, no mostraba ningún
signo de debilidad o muerte, siempre, linda, perfumada. Entonces ella pasaba
sin prestarle más atención.
Hasta que un día, sin más, la flor murió. Ella llegó a casa y se llevó un
susto! Estaba completamente muerta, sus raíces estaban resecas, sus flores
caídas y sus hojas amarillas. La Joven se hecho a llorar y le contó a su padre
lo que había acontecido.
Su padre entonces respondió:
"Imagine que eso ocurriría ,y no puedo darte otra flor, porque no existe otra
igual a ella, era única, así como tus hijos, tu marido, tus amigos y toda tu
familia.
Todos son bendiciones que el Señor te dio, pero debes aprender a regarlos,
podarlos y dar atención a ellos, pues así como la flor, los sentimentos también
mueren. Tú te acostumbraste a ver la flor viva, siempre florida, siempre
perfumada, y te olvidaste de cuidarla. Cuida a las personas que amas!"
Y tú?… Cuidas de las bendiciones que Dios te ha dado? Proteges esa flor,
pues forman parte de las bendiciones del Señor: El nos las dá, mas nosotros
somos lo que debemos cuidar de ellas.
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