FARMACIAS DE GUARDIA EN LA PROVINCIA DE CÁDÍZ

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CALENDARIO

domingo, 29 de mayo de 2016

SORTEO ONCE 29 DE MAYO 2016


PROCESIÓN CORPUS CHRISTI ARCOS DE LA FRONTERA 2016

PROCESIÓN CORPUS CHRISTI ARCOS DE LA FRONTERA 2016

PROCESIÓN DE IMPEDIDOS EN ARCOS DE LA FRONTERA



ARCOS DE LA FRONTERA EN EL RECUERDO: BODA - Srt. Conchi Ruiz y Luis Botejara (1969)

ARCOS DE LA FRONTERA EN EL RECUERDO: BODA - Srt. Conchi Ruiz y Luis Botejara (1969): En Arcos de la Fronteras, en la Iglesia Parroquial Mayor y más Antigua de Santa maría, se ha celebrado el enlace matrimonial de la señori...

CORPUS CHRISTI ARCOS DE LA FRONTERA 2016


ÚLTIMA HORA… Por motivos técnicos, se anula el corte de tráfico que la Policía Local había previsto para este domingo, 29 de mayo en la calle Muñoz Vázquez de Arcos. El servicio del autobús urbano funcionará con toda normalidad.

BUENOS DÍAS DESDE ARCOS DE LA FRONTERA A TODO EL MUNDO

La concentración y la piedad

Un joven, preso de la amargura acudió a un monasterio en Japón y le expuso a un anciano maestro:

- Querría alcanzar la iluminación, pero soy incapaz de soportar los años de retiro y meditación. ¿Existe un camino rápido para alguien como yo?

-Te has concentrado a fondo en algo durante tu vida? preguntó el maestro.

- Solo en el ajedrez, pues mi familia es rica y nunca trabajé de verdad.

El maestro llamó a un monje. Trajeron un tablero de ajedrez y una espada afilada.

- Ahora vas a jugar una partida muy especial de ajedrez. Si pierdes te cortaré la cabeza con esta espada; y si por el contrario ganas, se la cortaré a tu adversario.

Empezó la partida. El joven sentía las gotas de sudor recorrer su espalda, pues estaba jugando la partida de su vida. El tablero se convirtió en el mundo entero.

Se identificó con él y formó parte de él. Empezó perdiendo, pero su adversario cometió un desliz. Aprovechó la ocasión para lanzar un fuerte ataque, que cambió su suerte. Entonces miró de reojo al monje.

Vió su rostro inteligente y sincero, marcado por años de esfuerzo. Evocó su propia vida, ociosa y banal... y de repente se sintió tocado por la piedad. Así que cometió un error voluntario y luego otro... Iba a perder.

Viéndolo, el maestro arrojó el tablero al suelo y las piezas se mezclaron.

-No hay vencedor ni vencido -dijo-. No caerá ninguna cabeza.

Se volvió hacia el joven y añadió: -Dos cosas son necesarias: la concentración y la Piedad. Hoy has aprendido las dos.