De ésta se va a salir
¿Le ha pasado alguna vez que le haya pillado un día de torrencial aguacero en lugar inhóspito sin tener dónde guarecerse y le pareciera que nunca iba a descampar? Es cómo si ese mal momento de verse agobiado influyere en nuestro estado anímico y fraguásemos unos razonamientos ilógicos que nos hace creer que la situación se va a prolongar indefinidamente. Pues, si nos sirve el símil, algo semejante nos está pasando con la crisis en nuestra querida España. Pero de ésta vamos a salir, y vamos a salir porque se están gestando, desde las más altas esferas gubernamentales, las estructuras necesarias. Pero todavía falta mucho por hacer, y sobre todo nos falta el sentimiento cohesivo para decir de una zorra vez: ¡¡basta ya!!, que así no podemos seguir, que tenemos que renunciar a muchas cosas superfluas e innecesarias, que hay que crear infraestructuras fabriles, porque para comprar un puñetero cubo de plástico hay que adquirirlo con el sello de “made in China”. Que hay que meter las tijeras en la inmensa mayoría de las administraciones, ya sean estatales, autonómicas, provinciales o municipales, sencillamente porque hay duplicidad de cargos que son innecesarios. Que hay que establecer un sistema de retribuciones de manera que el personal, por muy cualificado y relevante que sea el cargo, no pueda percibir un sueldo superior a lo que cobra un General de Ejército con mando en Plaza o el de un Director General, con incompatibilidad absoluta, y todos los demás de ahí hacia abajo, y el que quiera hacer dinero y enriquecerse a la calle (o a la cárcel) y que monte un negocio o juegue a la primitiva y el euro-millón, especialmente cuando haya botes sustanciosos.
Arcos de la Fr 0ontera (Cádiz), 25 de junio de 2012
Salvador Hueso Sañudo