sábado, 17 de septiembre de 2011

NUEVO DÍA

La parábola de los talentos ha dejado una gran impresión en mí durante mucho tiempo. ¿Qué querría Dios que nosotros aprendiéramos de ella? He pensado cosas que me gustaría compartir:
1. No todos tenemos la misma cantidad de talentos.
2. Dios sólo requiere que usemos los que tenemos.
3. Dios no desea que nos comparemos con otros.
4. No debemos usar nuestros talentos de manera egoísta.
5. Dios requerirá de nosotros sólo aquello que él nos había dado.
6. Nuestro concepto de Dios determinará cómo usamos nuestro talento.
7. La simple obediencia a lo que conocemos agrada a Dios.
8. Cuando usamos lo que tenemos, Dios nos dará más.
9. Dios desea que nuestras vidas sean fructíferas.
10. Es un grave pecado enterrar nuestros talentos.
11. La fidelidad es más importante que hacer grandes cosas.

Dios nos ha dado talentos a cada uno de nosotros para que los usemos. Dios desea que hagamos lo que seamos capaces de hacer.
Esto incluye el trabajo que hacemos en nuestros oficios, la ayuda que les brindamos a los necesitados, nuestro trabajo en la comunidad y en la iglesia. A veces somos llamados a trabajar de forma anónima.
Recuerda, hasta dar un vaso de agua fría tiene su recompensa. Dios está interesado en las pequeñas cosas así como en los deberes más notables.
No busquemos las cosas grandes hasta que no hayamos aprendido la fidelidad en las cosas pequeñas.
Fuente: Wayne Miller, Junto a Aguas de Reposo

EL POETA Y LA POESÍA SALVADOR RUEDA

Dos velas tengo encendidas
en el altar de mi alma,
y en él adoro a una virgen
que tiene tu misma cara.


La verdadera felicidad esta... ¡En vivirla!

La verdadera felicidad esta... ¡En vivirla!

Todos los seres humanos tenemos fe... Hay quienes depositan su fe en el progreso económico... Unos ponen toda su esperanza en tener gobernantes que se preocupen realmente por el bien del pueblo cosa que nunca se cumple... Otros lo depositan en el estudio, la música y demás... Y unos cuantos simplemente tienen fe en la fe, esperando siempre soluciones mágicas y respuestas instantáneas y que no requieran ningún tipo de esfuerzo.
La fe no es un elemento místico y mágico para mover el destino a nuestro antojo, sino una realidad que nos ayuda a atravesar todas las circunstancias de nuestra existencia; las que nos parecen buenas y las que no nos parecen tan buenas. También están los otros viven esperando que algún golpe de suerte los lleve a ser completamente felices.
Pero… ¿No somos realmente felices? Tal vez es difícil de explicar... Pero en la vida hay miles de momentos felices... que simplemente no se tienen en cuenta, por una u otra cosa... Pero la verdadera felicidad existe pero a veces no la solemos vivir como corresponde... Ser feliz... Qué gran frase... Siempre te preguntan ¿Eres realmente feliz?...
A veces decimos sí, a veces No... O no sé... No creemos en la felicidad porque estamos preocupándonos por una serie de cosas que no tendrían que suceder... Si solamente nos enfocáramos en un momento feliz... En ese momento o persona que te lleva a la verdadera felicidad... Esa persona que te hace sentir feliz que te lleva a un mundo mágico del que no quisieras regresar... Si sólo pudiéramos hacer eso... Y dejar de lado las cosas que no nos gustan, los peros y los peros que ponemos... Ahí si... diríamos si... soy completamente feliz... La felicidad existe sólo tienes que vivirla...
y soñarla...
Gracias a ti y a todos los que realmente en algún momento me hicieron sentir esa felicidad... A los pocos amigos verdaderos que me quedan, a mis padres, parientes y hermanos que en algún momento de esta vida siempre supieron hacerme reír o sentir un momento de felicidad... La vida es una sola y no queda otra que vivirla de la mejor manera... ¡Relájate!...
Colaboración de Angie Liguori
Argentina

FÁBULA DE SAMANIEGO

Fábula V

5. El águila y el escarabajo

«Que me matan; favor»: así clamaba
una liebre infeliz, que se miraba
en las garras de una Águila sangrienta.
A las voces, según Esopo cuenta,
acudió un compasivo Escarabajo;
y viendo a la cuitada en tal trabajo,
por libertarla de tan cruda muerte,
lleno de horror, exclama de esta suerte:
«¡Oh reina de las aves escogida!
¿Por qué quitas la vida
a este pobre animal, manso y cobarde?
¿No sería mejor hacer alarde
de devorar a dañadoras fieras,
o ya que resistencia hallar no quieras,
cebar tus uñas y tu corvo pico
en el frío cadáver de un borrico?»
Cuando el Escarabajo así decía,
la Águila con desprecio se reía,
y sin usar de más atenta frase,
mata, trincha, devora, pilla y vase.
El pequeño animal así burlado
quiere verse vengado.
En la ocasión primera
vuela al nido del Águila altanera,
halla solos los huevos, y arrastrando,
uno por uno fuelos despeñando;
mas como nada alcanza
a dejar satisfecha una venganza,
cuantos huevos ponía en adelante
se los hizo tortilla en el instante.
La reina de las aves sin consuelo,
remontaba su vuelo,
a Júpiter excelso humilde llega,
expone su dolor, pídele, ruega
remedie tanto mal; el dios propicio,
por un incomparable beneficio,
en su regazo hizo que pusiese
el Águila sus huevos, y se fuese;
que a la vuelta, colmada de consuelos,
encontraría hermosos sus polluelos.
Supo el Escarabajo el caso todo:
astuto e ingenioso hace de modo
que una bola fabrica diestramente
de la materia en que continuamente
trabajando se halla,
cuyo nombre se sabe, aunque se calla,
y que, según yo pienso,
para los dioses no es muy buen incienso.
Carga con ella, vuela, y atrevido
pone su bola en el sagrado nido.
Júpiter, que se vio con tal basura,
al punto sacudió su vestidura,
haciendo, al arrojar la albondiguilla,
con la bola y los huevos su tortilla.
Del trágico suceso noticiosa,
arrepentida el Águila y llorosa
aprendió esa lección a mucho precio:
a nadie se le trate con desprecio,
como al Escarabajo,
porque al más miserable, vil y bajo,
para tomar venganza, si se irrita,
¿le faltará siquiera una bolita?

MEDITACIÓN DIARIA

María es una peregrina en la fe
Cuando uno hace un viaje le gusta tener una idea clara de todo el itinerario. A nadie le gusta aventurarse para ver que sale. 
Autor: P Fintan Kelly | Fuente: Catholic.net


Un viajero del tiempo de Jesús que visitaba las pirámides no las encontraba en mejores condiciones que lo hace un turista moderno, pues las pirámides fueron las reliquias de dinastías 3.000 años anteriores a Cristo. No es muy probable que María y José ni siquiera las hayan visto, pues seguramente huyeron a Alejandría donde ya había una gran comunidad judía desde hacía años.

Parece ser que Dios Padre no quería que María echara raíces en ninguna parte. Le hubiera haber gustado dar a luz en Nazaret donde estaba su familia y la de José, pero la Providencia quería que fuese en Belén. Parece ser que consiguieron una casa en Belén porque los Magos “entraron en la casa.” Además Herodes iba a mandar matar a todos los niños de 2 años para abajo, lo que nos da a entender que ya habían pasado 1 o 2 años en Belén. Pronto tendrían que trasladarse a otro sitio. María es una peregrina en la fe al estilo de Abraham que iba a donde Dios le iba indicando.
 

Cuando uno hace un viaje le gusta tener una idea clara de todo el itinerario. A nadie le gusta aventurarse para ver “que sale.” María se convierte de repente en una refugiada en tierra extranjera. Dijimos antes que ella se identificaba totalmente con su pueblo, el pueblo de Dios. El tener que ir a Egipto tenía su elemento de humillación porque era precisamente del Egipto que Dios había librado a su pueblo.
 

La Virgen de Nazaret llevaba una espada clavada en su corazón: el recuerdo de la matanza de los bebés de sus amigas en Belén. Como en todos los pueblos pequeños todo el mundo se conoce y especialmente las mamás más jóvenes. Conocía muy bien a todos los recién nacidos. María llevaba en su mente las imágenes de unos 20 ó 30 niños pasados a cuchillo por los soldados herodianos.
 

El sentir que uno es responsable del sufrimiento ajeno es un dolor muy grande. Pensemos en un chofer de camión que causa un accidente y mata a muchas personas. María de alguna manera se siente la causa de la muerte de los bebés de sus amigas porque murieron por razón de la envidia del rey hacia su Hijo. Su sufrimiento moral seguramente fue inmenso y le quitó muchas noches de sueño. De nuevo ella se refugiaba en la bondad de Dios que no deja de hacerse solidario con el hombre.
 

ARTICULO OPINIÓN DE SALVADOR HUESO SAÑUDO " EL FLOJO ª

El flojo


−¡Manijero! ¿Hay trabajo?
−Ven mañana.
−¡No! No es “pa” mi, es “pa” mi hermano que está en la puerta. (Popular).
Es la evasiva, la apatía, la falta de interés de todo aquél que siempre halla salida para eludir un trabajo.
Sé que cerca de cinco millones de españoles engrosan las listas de parados de los que cerca de cinco mil corresponden a nuestro querido Arcos, y que la inmensa mayoría lo están pasando mal. Pero no nos engañemos y vayamos al grano. Algunos de los que están en los listados del INEM no tienen interés para emplearse. Son los flojos, los vagos de solemnidad, los que siempre ponen algún achaque ante cualquier tipo de oferta laboral para no aceptarla.
Ser flojo viene a ser como una especie de cualidad, un atributo en el que quizás intervenga algún componente hereditario al igual que sucede con la manera de ser y el color de los ojos.
Con el paso de los años, a medida que el holgazán se va haciendo mayor, se le acentúa todavía más su inactividad para hacer frete a cualquier quehacer por liviano que sea, esgrimiendo para ello todo tipo de excusas banales.
La persona floja o poco emprendedora tiene escasas posibilidades de triunfar en la vida, y su espíritu conformista lo conduce a guarecerse y estancarse en la primera oportunidad que se le presente en la que, mal que bien, pueda ir tirando.


Arcos de la Frontera (Cádiz), 07 de septiembre de2011
Salvador Hueso Sañudo