La corrupción
En estos tiempos, se dice de la corrupción que es la tercera preocupación del país por detrás del paro y de la crisis económica que tanto se afanó el Gobierno en ocultar. No falta razón para que se piense de esa manera, ya que son pocos los sectores donde la corrupción no haya hecho acto de presencia. Tampoco se trata de una cosa nueva, ya que corrupción existió siempre en mayor o menor medida. Se comete, especialmente, en las organizaciones del sector público que es donde ocupa una dimensión más destacada. Pero no nos engañemos y miremos el asunto de manera desapasionada porque no sólo es el sector de gestores públicos el que se ve incurso en asuntos de corruptela, sino que la mayor parte de la sociedad se haya contaminada por esa plaga. Echemos una mirada retrospectiva y analicemos la vida española de hace varias décadas y veremos como ha existido corrupción a lo largo de la historia, entendiéndose por corrupción hacer lo que al funcionario le está prohibido o dejar de ejecutar aquello que tiene la obligación de cumplir bien y fielmente, en ambos casos para recibir a cambio dinero, dádiva, premio, recompensa, promesa o favor.
La corrupción, entendida como la cometida en la función pública para obtener algún tipo de bien, no se da por lo común en un funcionario solo, sino que se materializa en una cadena con eslabones de diferente grosor en los que, a medida que disminuye su calibre lo hace también el beneficio cualquiera que sea la cualidad del mismo.
Arcos de la Frontera (Cádiz), 25 de agosto de 2011
Salvador Hueso Sañudo