Con todo y nada...
Las mañanas son de verdad muy alentadoras, pues en ellas te llenas de energías, nace en ti un nuevo deseo de pensar que estas feliz, que estás a gusto, que estas bien contigo mismo.
Pasadas las horas este sentimiento de plenitud se va haciendo cada vez más efímero, pues ves como minuto a minuto te vas viendo cada vez mas solo ya que esas personas que ocupan tu día y que llenan ese espacio que tienes vacío van haciendo su espacio para sus propias cosas.
Cuando llega la noche es que piensas tengo todo y no tengo nada y es cuando dices: "tanta gente que te quiere y tanta gente que te apoya y te da la mano, debe partir ha hacer su propia vida, hacer su propia historia".
Es cuando buscas bajo cualquier medio el no dormir temprano por temor a que los fantasmas de la soledad te visiten, es cuando dices tengo todo y no tengo nada y aunque no soy de las personas que le gusta plasmar dolor o plasmar tristeza, no puedo dejar de sentirme como si la vida me diera todo a cuenta gotas o por partes, como si yo hubiera hecho lo mismo con ella.
Solo me queda el deseo de seguir adelante, de seguir corriendo hasta que las personas y yo mismo me crea que soy en gran parte feliz.
Colaboración de Wilmer Urdaneta
Venezuela
Venezuela