viernes, 7 de julio de 2017

NUEVO DÍA

Parábola de los siete mimbres 

Era una vez un padre que tenia siete hijos. Cuando estaba para morir, llamo a los siete y les dijo asi: 

-Hijos, ya se que no puedo durar mucho; pero antes de morir quiero que cada uno de vosotros me vaya a buscar un mimbre seco y me lo traiga aqui. 

-Yo tambien? -pregunto el menor, que solo tenia cuatro años. 

El mayor tenia veinticinco, y era un muchacho muy fuerte, y el mas valiente de la aldea. 
-Tu tambien -respondio el padre al menor. Salieron los siete hijos, y de alli a poco volvieron, trayendo cada uno su mimbre seco. 

El padre cogio el mimbre que trajo el hijo mayor, y se lo entrego al mas pequeño, diciendole: 

-Parte este mimbre. 

El pequeño partio el mimbre, y no le costo nada partirlo. 

Despues el padre entrego otro mimbre al mismo hijo mas pequeño, y le dijo: 

-Ahora, parte ese tambien. 

El niño lo partio, y partio, uno por uno, todos los demas, que el padre le fue entregando, y no le costo nada partirlos todos. Partido el ultimo, el padre dijo otra vez a los hijos: 
-Ahora, id por otro mimbre y traedmelo. 
Los hijos volvieron a salir, y de alli a poco estaban junto al padre, cada uno con su mimbre 
-Ahora, dadmelos aca -dijo el padre. 

Y de los mimbres todos hizo un haz, atandolos con un junco. Y volviendose hacia el hijo mayor, le dijo asi: 

-Toma este haz! Partelo! 

El hijo empleo cuanta fuerza tenia; pero no fue capaz de partir el haz. 
-No puedes? -pregunto al hijo. 

-No, padre; no puedo. 

-Y alguno de vosotros es capaz de partirlo? Probad... 

Ninguno fue capaz de partirlo, ni dos juntos, ni tres, ni todos juntos. 
El padre les dijo entonces: 

-Hijos mios, el menor de vosotros partio, sin costarle nada, todos los mimbres; mientras los partio uno por uno; y el mayor de vosotros no pudo partirlos todos juntos, ni vosotros, todos juntos, fuisteis capaces de partir el haz. Pues bien, acordaos de esto y de lo que voy a deciros: mientras todos vosotros esteis unidos, como hermanos que sois, nadie se burlara de vosotros, ni os hara mal ni os vencera. Pero luego que os separeis o reine entre vosotros la desunion, facilmente sereis vencidos.

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