La fortuna de vivir
Visitaba la tumba de mi padre junto con mi mamá. Cuando entré con el coche al panteón y lo estacioné en dónde siempre, nos llamó la atención la cantidad de coronas puestas a lo largo de la banqueta "debe ser una persona muy importante la que murió" dijo mi madre.
Cuando vimos más cerca, lo que descubrimos fue escalofriante: no eran todas coronas para una sola persona...
Eran varias coronas, que representaban un persona distinta. Las contamos... ¡Eran 40! Si, como lo escuchas. No había lugar y levantaron el azulejo de la banqueta, para enterrarlos.
Todo parecía que fue un accidente y que murieron al mismo tiempo. Sólo se encontraba una cruz con una fecha: 9 de septiembre.
Busqué por internet accidentes en esa fecha y todo septiembre. No encontré nada. Se me hace raro que un accidente de ese alcance no aparezca.
Me encontraba en esos momentos angustiado por tantas cosas que tengo que hacer, pero fue un momento en que mi tensión desapareció por completo. Es como si por un instante, pudiera reconocer lo inútil de preocuparse por cosas mundanas y lo valioso que es seguir vivo.
Agradecí a Dios por esa inmensa suerte y deseándole de corazón a aquellas 40 vidas que hayan cumplido su misión en este mundo antes de partir.
Te comparto esta reflexión, porque se que en estos momentos experimentarás retos difíciles en tu vida: una relación de pareja con problemas, falta de un trabajo ¡en fin! Creo que si seguimos vivos ¡Con eso tenemos! Gracias Dios.
Colaboración de Edgar Martínez (Webmaster)
México
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