DORMIDA
Ahora que
os pienso en horas de la madrugada,
Mientras tus párpados cubren los milagros de tus ojos,
De susurro a susurro
Planeo llegar hasta tu corazón hambriento.
No
pretendo salir ileso del laberinto
de tus sentimientos,
pues tu corazón y el mío, ambos son rojos;
si sangre
llevas en el deseo,
sangre encontrarás en mis despojos;
así como
al abrazarme te abrazo,
así también inevitablemente
si eres herida saldré herido.
Dormida,
mi compañera de vida,
Te ves tan frágil y tan viva…
No
pienses más en el mañana
Que pensar tanto
te hace amarga por las tardes,
Seria por las noches y de día.
Ahora que
os pienso en horas de la madrugada
La perfección se recuesta también
Sobre tu almohada, te abraza entera
Como si de abrazar al mundo se tratara.
Y por
supuesto,
Yo te abrazaría
de igual manera.
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