Aquellos que disfrutan el
recorrido serán también los que más disfrutarán una vez que hayan llegado a
destino. Quienes se quejan y lamentan durante todo el viaje seguirán
sintiéndose desgraciados una vez allí, y eso si alguna vez logran llegar tan
lejos. Encuentra alegría y realización en el proceso hacia el logro y las
recompensas también serán más plenas. Porque el verdadero valor de lograrlo
está en el esfuerzo, en el compromiso, en la esencia de la vida que representa
la posibilidad de alcanzarlo. Claro que alcanzar una meta ambiciosa requiere de
gran esfuerzo, concentración y disciplina. Pero ¿quién dijo que eso debe ser
desagradable? En realidad, que algo sea desagradable o no suele ser opinable. Y
eres libre de cambiar de opinión en cualquier momento. Imagina qué pasaría si
pudieses disfrutar real y sinceramente de aquellas actividades necesarias para
alcanzar el éxito que deseas. Piensa cuánto más interesado, entusiasta,
preparado, comprometido y perseverante serías. Disfruta del camino, disfruta lo
que estás haciendo, mientras lo estás haciendo, sea lo que fuere. Y llegarás
tranquilo donde sea que desees ir.
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